14 Lectores de Genial hablaron sobre sus peores clientes, que les dieron ganas de cambiar a un trabajo remoto para siempre
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Muchas mujeres sueñan con no tener problemas con su cabello. Sin embargo, a veces parece que nuestra melena tiene vida propia y no quiere lucir fabulosa. Por eso, para quienes ya han perdido la esperanza en su rutina capilar, hemos reunido algunos pequeños secretos que podrían ayudarte.
Algunas imágenes fueron generadas por inteligencia artificial.
Para saber qué cuidados son los más adecuados para tu cabello, primero debes identificar su tipo. Por ejemplo, si tienes cabello fino, no deberías usar champús y acondicionadores diseñados para cabello grueso. El cabello fino tiene menos proteínas, por lo que necesita productos que le den volumen y fuerza. En cambio, quienes tienen melenas gruesas necesitan productos que aporten suavidad y manejabilidad.
Los expertos están convencidos de que la comida rápida y otros alimentos poco saludables contienen grandes cantidades de azúcar, sal, grasas dañinas y aditivos químicos, mientras que las vitaminas y minerales son escasos o incluso inexistentes. El cabello es una de las últimas partes del cuerpo en recibir nutrientes. Por lo tanto, si no consumes suficientes alimentos saludables, tu melena seguramente te lo hará notar. Una dieta equilibrada, que incluya carbohidratos, grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales, es fundamental para mantener un cabello sano. Además, para conservarlo hidratado, es importante beber suficiente agua.
El estrés puede afectar tanto nuestra salud psicológica como física. También puede provocar la caída del cabello y hacer que este crezca más fino. Para combatir el estrés, algunas personas encuentran alivio en el ejercicio físico, otras en la meditación, y hay quienes prefieren acudir a psicólogos o psicoterapeutas.
El uso frecuente de herramientas térmicas puede dañar tu cabello. Puede causar sequedad, quiebre y puntas abiertas. Así que, si quemas tu cabello con la plancha, terminarás yendo constantemente al salón para recortar las puntas dañadas. ¿No puedes prescindir de las herramientas de calor? Entonces protege tu cabello con productos térmicos, que literalmente salvarán tu melena, sellarán la cutícula y le aportarán brillo. Para quienes tienen el cabello largo, aplica el protector térmico primero en las puntas y luego hacia las raíces. Si tienes un corte corto, hazlo al revés.
Asegúrate de que tu cabello esté al menos un 70 % seco antes de usar herramientas térmicas y termina de secarlo con el secador, enfocándote primero en la parte frontal. Recuerda que con el cabello completamente seco necesitarás menos esfuerzo para peinarlo, y además será más resistente a las altas temperaturas, evitando el daño. Mientras que el cabello húmedo solo tolera temperaturas de entre 40 y 60 °C, el cabello seco puede soportar hasta 185 °C.
Si prefieres peinarte con secador, comienza secando bien tu cabello con una toalla para eliminar el exceso de agua. Luego, al usar el secador, ajusta la temperatura de manera gradual y evita acercarlo demasiado al cabello para prevenir su debilitamiento progresivo.
No olvides mantener tus aparatos limpios. Limpia regularmente el polvo de la rejilla de ventilación del secador para garantizar una buena circulación del aire y evitar que el cabello se sobrecaliente. También asegúrate de eliminar los residuos de productos capilares de la plancha u otros dispositivos térmicas.
¿Tu cabello se ensucia rápidamente y lo lavas todos los días? Entonces, considera usar un champú seco. Este no solo elimina la grasa, sino que también aporta textura y volumen al cabello. Usarlo es muy sencillo: agita bien el frasco, aplica el champú en varias zonas de las raíces y, después de un minuto, masajea el producto. Para darle más volumen a tu cabello, sécalo con aire frío del secador. Además, puedes aplicar un aceite nutritivo en las puntas para hidratarlas después de este proceso.
Si eres amante del ejercicio y tu cuero cabelludo suda mucho durante las rutinas, el champú seco también será tu aliado. Sin embargo, no debes aplicarlo después del entrenamiento, ya que no será efectivo en cabello húmedo. En su lugar, úsalo antes de ejercitarte, ya que absorberá el exceso de grasa y sudor durante la actividad física.
Si tienes descamación en el cuero cabelludo, el problema puede no estar en el champú o acondicionador que usas, sino en el agua con la que lavas tu cabello. El agua dura puede causar descamación, sequedad e incluso alterar ligeramente el color de tu melena. Instala un filtro para ducha y usa un champú suave al menos una vez a la semana.
También es importante prestar atención al tipo de toalla que utilizas para secar tu cabello. Esta debe ser suave. Los expertos recomiendan toallas de bambú. Antes de secarlo, elimina el exceso de agua presionando suavemente el cabello, pero nunca lo frotes contra la toalla, ya que esto puede dañarlo y enredarlo. Sécalo dando pequeños toques.
Los expertos recomiendan “no sobrecargar” el cabello y aseguran que no es necesario aplicar champú dos veces en un solo lavado. Un buen producto debería ser suficiente para limpiar el cabello en una sola aplicación. Además, si solo te duchas sin lavar tu cabello, utiliza un gorro de baño para protegerlo del exceso de humedad.
Mientras que el champú debe enjuagarse completamente, el acondicionador no necesita eliminarse del todo. Puedes dejar una ligera película en el cabello para mayor hidratación. Por cierto, después de lavarlo, utiliza un peine especial para cabello húmedo, ya que los peines normales pueden dañar las fibras capilares. Recuerda también limpiar regularmente tus peines y cepillos, ya que acumulan células muertas y restos de productos. Peinarte con un cepillo sucio solo transferirá esa suciedad a tu cabello.
El aceite de coco es uno de los productos más accesibles para hidratar el cabello. Actúa como un sellador, ayudando a la cutícula capilar a retener la humedad y bloqueando la pérdida de cualquier tratamiento hidratante que hayas aplicado. Esto hace que el cabello se vuelva más suave y manejable. Además, el aceite de coco previene el quiebre del cabello al nutrirlo con proteínas. No solo hidrata, sino que también libera los folículos pilosos, lo que facilita el crecimiento de nuevos cabellos con el tiempo.
El aceite de coco también puede eliminar la descamación y aliviar la irritación del cuero cabelludo, proporcionando una nutrición constante durante todo el día. Es recomendable aplicarlo en las puntas, ya que ayuda a prevenir las puntas abiertas y aporta un brillo extra, haciendo que tu melena luzca más saludable y radiante.
Muchas personas enfrentan el problema de los pequeños cabellos, conocidos como baby hairs, que crecen en la línea de la frente y a veces arruinan un peinado impecable. Sin embargo, es muy fácil disimularlos. Un experto sugiere usar un cepillo de dientes, rociarlo con un poco de fijador para el cabello y peinar hacia atrás esos cabellos rebeldes. Otro especialista recomienda utilizar un suero para puntas abiertas. Toma una pequeña cantidad, del tamaño de un guisante, aplícalo sobre los baby hairs (es importante que estén aún húmedos) y luego péinalos como de costumbre. Esto los ayudará a mantenerse en su lugar y complementará tu peinado perfectamente.
Los estilistas coinciden en que agradecen a los clientes que no se lavan el cabello justo antes de ir al salón para un peinado. Esto se debe a que el cabello no perfectamente limpio retiene mucho mejor la forma que uno recién lavado.
Los profesionales también comparten algunos trucos adicionales para lograr un peinado perfecto. Por ejemplo, si deseas crear la ilusión de un cabello más abundante en la línea de crecimiento, aplica un poco de sombra de ojos en esa área. El color, por supuesto, debe ser similar al de las raíces de tu cabello.
Además, muchas personas utilizan horquillas para fijar el cabello, pero no todos saben que la parte ondulada debe ir hacia el cuero cabelludo, mientras que la parte lisa debe quedar hacia afuera. De esta manera, las horquillas se fijan mejor y permanecen en su lugar durante más tiempo.
Por cierto, hace poco hablamos sobre cómo identificar a un “especialista” de manicura poco profesional. Por ejemplo, si ves que lima las uñas en ambas direcciones o aplica esmalte que gotea de la brocha, lo mejor es alejarse de ese lugar sin dudarlo.