12 Cosas que siempre quisimos saber de un terapeuta, pero no nos atrevimos a preguntar

Salud
hace 1 año

Si has visto o has sido parte de una sesión de terapia, tal vez te hayan surgido algunas dudas sobre el terapeuta que simplemente no te hayas atrevido a preguntarle. Esas incógnitas pueden ir y venir por tu mente, y puede que nunca hayas encontrado las respuestas a ellas. Debido a eso, contactamos a la psicóloga Camila Ghidini, quien se tomó la tarea de contestar todas esas preguntas que muchos quieren saber sobre su profesión.

¿Qué historia graciosa o emotiva tienes de cuando fuiste o alguien fue a terapia? ¿Qué otra profesión te da curiosidad y qué le preguntarías a alguien que la ejerza?

1. ¿Qué anotan en su libreta durante la sesión?

Esto es algo que aquellos que han visto películas donde hay escenas con psicólogos podrían preguntarse, ya que en los filmes siempre se muestra a los terapeutas anotando cosas en una libreta. La licenciada Camila comentó: “Esta pregunta es muy particular e individual, porque cada terapeuta tiene una forma distinta de anotar cuestiones en la libreta. Algunos no escriben nada, otros anotan sintomatologías observadas en el transcurso de la sesión, etc.”.

Camila dijo que ella suela anotar datos relevantes del relato del paciente que le puedan servir para el armado de su tratamiento psicológico, siempre según el diagnóstico que corresponda.

2. ¿Necesitan tomarse tiempo libre entre sesión y sesión? Si es así, ¿qué hacen en ese break?

Esto también depende de la persona. Camila explicó que, al menos en su caso, hay días en que puede atender sin parar a 8 pacientes seguidos, y hay otros en los que prefiere tomar descansos de 2 o 3 horas para cortar un poco y relajarse. Cuando esto sucede, suele leer un libro, ir al gimnasio, o simplemente descansar en su totalidad y tener un detox mental.

Entre sesión y sesión, uno puede tomarse un break. Debido a la cantidad de información que los psicólogos reciben, su energía puede bajar un poco, haciendo que se sientan abrumados. Cuando esto sucede, Camila considera que lo ideal es poder disociar el momento de trabajo y escucha de la vida personal. En esos días en los que se siente muy perturbada, suele hacer ejercicio para poder descargar y regularse emocionalmente.

3. ¿Se acuerdan de todos los nombres de los pacientes?

Con tantos pacientes yendo y viniendo, puede que al psicólogo se le confunda uno que otro nombre. Sin embargo, Camila respondió que justamente para eso sirve la libreta. Ella dijo: “Anoto los nombres importantes en la vida del paciente, y eso me facilita que, al momento de tener la sesión, pueda leerlos y recordarlos”.

4. ¿Qué piensan durante la sesión, mientras escuchan al paciente? ¿No se distraen?

A las personas sin estudios en Psicología tal vez nos cueste más trabajo poner atención, por lo que nuestra mente puede comenzar a divagar un poco. Pero los psicólogos, especialmente mientras atienden a un paciente, deben enfocarse de forma plena en el discurso de este. Camila comentó: “Es muy importante escuchar con mucha concentración al paciente, ya que cada palabra de su relato es importante y puede ser trascendental para su tratamiento”.

5. ¿Es verdad que observan y analizan todo y a todos, aun cuando no se trata de sus pacientes?

Cuando alguien dice que es psicólogo, una de las primeras reacciones suele ser “¿Y si me está analizando?”. Ante esta incógnita, Camila mencionó: “De tanto análisis en el día, puede pasar que observes a la gente con un poco más de detalle, ya que es una parte de nuestro cerebro que está más desarrollada por la práctica de la escucha y observación del comportamiento humano. Pero no es que vas por la vida analizando a todo el mundo”. Así que no tendrás de qué preocuparte la próxima vez que conozcas a un psicólogo.

6. ¿Piensan en sus pacientes fuera de la sesión?

Fuera del consultorio, tal vez se pueda dejar ir a los pacientes y sus historias, pero esto no siempre sucede. Camila comentó que fuera de la sesión, ella se pone a investigar y a estudiar los casos para así pensar nuevas herramientas terapéuticas para el tratamiento. Todo este trabajo implica que se le dedique tiempo fuera del espacio de la sesión. Es como los profesores: trabajan en el aula, pero tienen que revisar deberes y preparar las clases fuera del salón.

Camila dijo: “El paciente piensa que el psicólogo solo trabaja en el momento de la sesión, y, en realidad, hay mucho trabajo de trasfondo también. Investigación, supervisión, etc. La supervisión psicológica es, ante todo, un tipo de relación profesional que se establece entre al menos dos profesionales, donde uno trae su trabajo realizado para compartirlo en la búsqueda de otra visión constructiva. Es un proceso que consiste en recibir ayuda de otros profesionales competentes con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios prestados y las capacidades”.

7. ¿Cómo manejan las situaciones en las que el paciente se enamora del terapeuta?

Estar con alguien y hablar con él con frecuencia, especialmente sobre temas vulnerables, puede ocasionar que la persona comience a desarrollar sentimientos hacia quien la escucha. Sobre esto, Camila explicó que Sigmund Freud fue el primero en detectar esta especie de enamoramiento del paciente por el terapeuta. Lo llamó “amor por transferencia”, y se trata de un fenómeno debido al cual la persona transfiere los afectos que siente por otros a la figura del psicoterapeuta.

Camila comentó: “A mí no me ha sucedido, pero, según el caso, primero habría que trabajar con esa transferencia y luego, si la situación sigue con el mismo grado de intensidad, habría que finalizar el tratamiento psicológico. Según el código ético psicológico, puede haber consecuencias legales, y el terapeuta puede perder la matrícula”.

8. ¿Es mejor que el paciente esté sentado de frente o acostado en un diván?

En las películas o series, los psicólogos suelen aparecer frente a un sillón en el cual el paciente debe sentarse y comenzar a hablar. Algunos otros se acuestan en un diván. Pero que la persona esté sentada o acostada depende de la corriente psicológica de cada profesional. Realmente no hay algo mejor o peor.

Ahora bien, si el profesional es psicoanalista, probablemente en su consultorio tenga un diván, a diferencia de las demás corrientes, las cuales suelen tener al paciente sentado de frente. Las principales corrientes psicológicas son: estructuralismo, Gestalt, funcionalismo, psicoanálisis, conductismo y cognitivismo. Al final, todo depende de estas y de las preferencias tanto del propio terapeuta como del paciente.

9. ¿Afecta en algo que la sesión sea en línea? ¿Es preferible tenerla en persona?

En la actualidad, con tanta tecnología, las llamadas por Internet son más comunes. En el mundo laboral, el home office está de moda, y las terapias también se han aventurado por esa misma línea. Algunos podrían pensar que la experiencia no es igual y que es mejor hacer este tipo de sesiones de forma presencial. Sin embargo, hacerlo por Internet o por teléfono no afecta de manera negativa, ya que la terapia en línea funciona tan bien como la tradicional o “cara a cara”.

Algunos estudios que analizaron los resultados para los clientes y la calidad de sus relaciones con los terapeutas los encontraron iguales en todas las condiciones de “telesalud” y en persona. El hecho de que el psicólogo y el paciente no estén en un mismo lugar no obliga a modificar las técnicas terapéuticas que se utilizarán.

10. ¿Cómo le hacen para ganarse la confianza del paciente?

Las primeras consultas pueden ser algo incómodas, por lo que puede que los pacientes no sepan cómo proseguir. Eso es normal, y para que el terapeuta se gane la confianza de la persona, en realidad no hay un método lineal. Camila considera que “eso depende de cada profesional. Al menos yo trato de ser humana, empática y estar a disposición de mis pacientes, lo cual les genera una confianza y acompañamiento que enriquecen el tratamiento psicológico”.

11. ¿Qué se hace cuando el paciente no sigue los consejos que se le dan? ¿Qué procede?

Hay algunos pacientes que pueden no escuchar los consejos y lecciones del terapeuta. Cuando esto pasa, lo primero que el psicólogo hace es informarle que el tratamiento no tendrá un resultado positivo. Camila siempre ha creído que para que este funcione, resulta necesario que haya una predisposición del paciente a colaborar con la terapia. Si no, básicamente está malgastando su dinero.

12. Solía haber un cierto estigma sobre “ver a un terapeuta”. ¿Esta percepción ha cambiado?

Lamentablemente, hace unos años, decir que uno iba con el psicólogo era casi un tabú. Esto era visto como algo malo, por lo que era preferible esconderlo. En las últimas décadas, las enfermedades mentales se han hecho más presentes, y cada vez más personas deciden buscar ayuda, muchas veces mejorando su vida. Por lo tanto, poco a poco esa idea ha ido cambiando.

Camila indicó: “Sí cambió esa percepción. Hoy en día se corrió el estigma de que ir al psicólogo es ’de locos’, y se reconoce como una ciencia que ayuda a la persona a encontrar una estabilidad emocional a través de un profundo proceso de autoconocimiento”.

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