4 Conductas nocivas que tienen una explicación científica (y hay formas de tratarlas)

Salud
hace 1 día

¿Te has sorprendido mordiéndote las uñas hasta hacerlas desaparecer? ¿O rascándote la piel sin poder parar aunque sabes que te lastimas? Estas conductas repetitivas centradas en el cuerpo (CRCC), conocidas en inglés como Body-Focused Repetitive Behaviors (BFRBs), van más allá de simples malos hábitos. Son acciones compulsivas que muchas personas realizan para regular emociones intensas, y hoy entenderemos su significado oculto.

1. Qué son exactamente las CRCC

Las conductas repetitivas centradas en el cuerpo son patrones de comportamiento compulsivo dirigidos hacia el propio cuerpo. A diferencia de los tics nerviosos, estas acciones suelen ocurrir en momentos de estrés, aburrimiento o concentración profunda. Según estudios, estas conductas afectan entre el 0,5% y el 4,4% de la población general, aunque se cree que este porcentaje puede ser mayor, pues mucha gente no recurre a centros médicos para buscar ayuda.

2. Los tipos más frecuentes y sus características

  • La onicofagia, o morderse las uñas compulsivamente, es quizás la CRCC más conocida. Quienes la padecen suelen desgastar sus uñas hasta el punto de lastimar el lecho ungueal, muchas veces sin darse cuenta en el momento.
  • La tricotilomanía implica arrancarse el cabello de forma recurrente, ya sea del cuero cabelludo, las cejas o las pestañas. Este comportamiento puede llevar a zonas visibles de alopecia y genera gran angustia emocional.
  • La dermatilomanía consiste en rascarse, pellizcarse o hurgarse la piel de manera compulsiva. Quienes la sufren pueden pasar horas examinando y manipulando imperfecciones cutáneas, a menudo provocando heridas que luego intentan ocultar.
  • La dermatofagia es menos conocida pero igualmente problemática. Se trata de morderse la piel alrededor de los dedos hasta causar lesiones. Este comportamiento suele asociarse con periodos de ansiedad intensa.

3. Por qué ocurren

Estas conductas no son simples malos hábitos, sino formas de autorregulación emocional. Cuando el cerebro percibe estrés o ansiedad, las CRCC proporcionan un alivio temporal. Así, se genera un círculo vicioso: la conducta alivia momentáneamente la angustia, pero luego genera culpa y vergüenza, lo que aumenta el estrés y perpetúa el comportamiento.

Factores genéticos también juegan un papel. Las personas con tricotilomanía, por ejemplo, es probable que tengan un familiar cercano con algún tipo de CRCC, sugiriendo una predisposición biológica.

4. Cómo romper el ciclo

El enfoque multidisciplinario ha demostrado ser el tratamiento más efectivo, especialmente la técnica de reversión de hábitos. Puedes identificar los detonantes, desarrollar conciencia del comportamiento y sustituirlo por acciones que no te dañen (como apretar una pelota antiestrés). También es importante que busques apoyo especializado y que te eduques en todo lo relacionado con tu síndrome o conducta.

Para manejo diario, puedes intentar:

  • Mantener un registro escrito de los episodios, anotando situación emocional y hora del día. Esto ayuda a identificar patrones.
  • Usar barreras físicas como guantes o esmaltes de sabor amargo para interrumpir la conducta automática.
  • Practicar técnicas de respiración consciente cuando aparezca el impulso, ya que reducen la activación del sistema nervioso.

Estas conductas, en sus distintas formas, son una señal de malestar emocional que merece atención y comprensión. Identificar sus causas y buscar apoyo a tiempo puede marcar la diferencia en el camino hacia el bienestar. Si este tema resuena contigo o conoces a alguien que pueda estar pasando por algo similar, no subestimes el poder de hablar al respecto: compartir experiencias, buscar ayuda profesional o simplemente escuchar con empatía puede ser el primer paso hacia un cambio positivo.

¿Has notado cómo el entorno o las emociones intensas influyen en estas conductas? Comparte tus reflexiones en los comentarios—tu perspectiva podría ayudar a otros a ver el tema desde una nueva mirada.

ESTE CONTENIDO FUE CREADO CON FINES MERAMENTE INFORMATIVOS Y NO DEBE SER CONSIDERADO UN REEMPLAZO DE LA OPINIÓN MÉDICA.

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