16 Historias de personas que querían hacer un favor, pero acabaron haciendo lo contrario

Cuando pensamos en chismes, es muy normal que los asociemos con cosas negativas, pero ¿sabías que no siempre es malo? Cuando usamos esos momentos de chismear para hablar de los problemas en el trabajo, de lo que ha pasado en nuestra vida y hasta de lo que nos ha hecho pasar un mal rato ese día, podemos relajarnos y conectar con nuestros amigos. Si quieres saber exactamente qué tiene de bueno el chisme, aquí te lo contamos.
Al chismear con alguien más puedes crear vínculos que harán que la confianza mutua aumente. Además, puede ayudarte a saber si otra persona con la que tal vez no tienes contacto directo es alguien en quien puedes confiar o no. Sin que muchos nos lo esperáramos, esta actividad se convirtió en un mecanismo de supervivencia en entornos sociales.
Se podría creer que el chisme siempre tiene que ser sobre alguien más, pero no es así. A veces compartir lo que está pasando en tu vida con otra persona puede ayudarte a tener una nueva perspectiva y a encontrar soluciones a algunos problemas. También puede ser que la información que tienes de otra persona sea la clave para que puedas acercarte a pedirle un consejo o un poco de ayuda, pues ya sabes que vivieron una situación similar.
No todo se trata de hablar sobre otras personas, ¿qué pasaría, por ejemplo, si eres tú el tema principal de una sesión de chismes? La psicóloga Elena Martinescu, de la Universidad de Groninga, menciona que en estos casos, el reconocer cómo eres percibido por alguien más puede ayudarte a hacer cambios en tu conducta para solucionar posibles actitudes problemáticas.
Conocer más sobre quienes nos rodean nos hace generar empatía. Terence Dores Cruz, psicólogo social de la Universidad Libre de Ámsterdam, dio el ejemplo perfecto de cuando esto sucede: imagina que trabajas en una oficina y uno de tus compañeros comienza a llegar tarde todos los días. Inicialmente, esto podría ser molesto para quienes tienen que revisar tareas pendientes con él.
Sin embargo, entre los chismes de la oficina te enteras de que esta persona está pasando por un momento complicado en su vida personal, como un divorcio o la pérdida de alguien cercano. De pronto es más sencillo que generes empatía hacia este compañero porque ahora entiendes que su rendimiento laboral está siendo afectado por una situación difícil.
Ahora ya sabes que chismear no es solo hablar mal de otras personas, es una forma válida de conocer mejor a quienes nos rodean, hacer amigos y cuidar nuestra salud mental. La próxima vez que quieras sentarte a contarle un chisme a tu persona favorita puedes contarle de todos los beneficios que recibirá.