La reacción de la exesposa de Hugh Jackman ante su nueva pareja deja a todos impresionados

En la vida, es normal que muchas veces las cosas se pongan difíciles, y es en estos casos en los que los animales han demostrado ser mucho más que solo mascotas, convirtiéndose en auténticos compañeros y aliados emocionales de sus dueños. Y es que, existen animales que son capaces de percibir el estado de ánimo de sus dueños, responder con gestos de afecto y brindar compañía incondicional.
En este artículo, exploramos 7 historias de la vida real sobre animales que transformaron la vida de sus dueños, brindándoles apoyo emocional.
En 2014, Charlotte descubrió que tendría que vivir con el síndrome de Tourette, una afección que genera tics y movimientos involuntarios, por el resto de su vida. Este diagnóstico cambió su vida de forma radical, haciéndola perder su independencia y confianza en sí misma.
En busca de opciones que pudieran mejorar su calidad de vida, Charlotte descubrió que en Estados Unidos algunas personas tenían perros de asistencia que los ayudaban con sus tics. Charlotte recaudó dinero y pudo adoptar a Lexi, una golden retriever entrenada para poder anticipar sus necesidades y mantenerla a salvo en la calle. Gracias a ella, la joven pudo continuar con su vida y su preparación profesional.
“Lexi ha marcado una diferencia tan positiva en mi vida que espero que los perros de asistencia sean más accesibles para otras personas con síndrome de Tourette”.
Los perros, con su mirada sincera y su presencia incondicional, han pasado de ser solo mascotas a compañeros que nos sostienen en los momentos más difíciles y celebran con nosotros los más felices, y la ciencia ha comenzado a respaldar lo que muchos dueños ya sabían por experiencia propia: tener
un perro no solo mejora la salud física, al fomentar el ejercicio, sino que también aporta una profunda estabilidad emocional, pues su sola presencia puede aliviar el estrés, reconfortar en la tristeza y acompañar en el silencio de la soledad.
Algunos estudios han demostrado que acariciar a un perro puede anclar a las personas al momento presente, despertando una especie de mindfulness natural. Tan solo en lugares como universidades, hospitales y oficinas, los perros han demostrado que su ternura puede transformar el ambiente y despertar sonrisas sinceras.
“Me encontraba en una situación muy aterradora, la terapia y la medicación ya no me estaban funcionando, así que adopté a una gata y desde el primer momento en que la conocí, se comportó como un ángel. Tan pequeña y cariñosa. Estaba muy enferma cuando la adopté, así que la cuidé hasta que su salud mejoró, y es, sinceramente, lo más importante que he hecho en mi vida. Nunca he amado a una mascota como la amo a ella; la amo de la misma forma en que amo a mi hermano.
Mi gatita lo es todo para mí. Ya nunca tengo días malos, incluso si mi día fue horrible, ella corre a la puerta cada vez que llego a casa para saludarme. Ella es como mi pequeña sombra blanca, me sigue a todas partes, me canta, duerme conmigo cada noche, y cuando está cansada, viene a acurrucarse suavemente en mi regazo.
Solo pensar en pasar un día sin ella me rompe el corazón. Nunca supe, y nunca entendí, cómo una mascota pudo llenar un vacío dentro de mí y hacerme sentir tan completo, tan acompañado. Podría vivir toda mi vida en un pequeño departamento con ella y ser verdaderamente, verdaderamente feliz. Nunca había sentido una presencia como la suya. Tengo tanta suerte de haberla encontrado, ella me salvó la vida y ni siquiera lo sabe”. © Embarrassed_Clue_929 / Reddit
Detrás de sus miradas misteriosas, los gatos esconden un poder sanador que va más allá de su ternura. Aquellos que son dueños de uno, saben que adoptar un gato es abrirle la puerta a un compañero que, aunque silencioso, sabe cómo calmar un mal día con tan solo un ronroneo.
Pese a que tienen fama de ser independientes, los gatos saben cuándo acercarse, cuándo quedarse cerca sin invadir, y cuándo subirse al regazo de su dueño cuando más lo necesita. Convivir con un gato ayuda a reducir el estrés, disminuir la ansiedad, regular la presión arterial y hasta mejorar la salud ósea gracias a la frecuencia terapéutica de su ronroneo.
“Mi hijo de 4 años con autismo y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) probó por primera vez la equinoterapia después de haber montado a camello en un festival de Navidad el fin de semana pasado.
Decidimos llevarlo porque ese fin de semana subió corriendo las escaleras y se montó en el camello incluso antes de haber pagado. Nos dejó sorprendidos su intrepidez y todavía más lo tranquilo y estable que iba montado, cuando generalmente es destructivo y difícil de regular.
Durante la terapia con caballos, se mostró muy tranquilo, atento y participó en distintas actividades como apilar conos, colocar aros de hula-hula y clasificar objetos”. © YogiGuacomole / Reddit
Los caballos son criaturas profundamente sensibles, capaces de captar matices emocionales que muchas veces los humanos no logran reconocer. Por eso, no es casualidad que estos majestuosos animales se hayan convertido en grandes aliados dentro del mundo de la terapia emocional, pues poseen una increíble capacidad para leer y comprender el lenguaje corporal humano.
Existen muchos programas de aprendizaje asistido con caballos, y uno de los ejercicios más transformadores consiste en colocar una mano sobre el pecho del animal y sincronizar su respiración con la suya. Esto ayuda a disminuir la presión arterial, reducir el estrés y calmar la mente. Tan solo cepillar a un caballo o alimentarlo, puede convertirse en un gran ejercicio de sanación.
“Nunca antes había tenido un hámster, y conseguir uno a mitad de la universidad por un impulso resultó ser una de las mejores decisiones que he tomado. Me ayudó a mantener los pies en la tierra, escuchó todos mis desahogos sin inmutarse y fue una presencia que no juzgaba cuando los demás a mi alrededor sí lo hacían.
Al cuidar de él, aprendí a cuidarme a mí misma. Asumir la responsabilidad de nutrir y cuidar a un animal indefenso realmente te hace ver muchas verdades. Gracias a esto, aprendí que las cosas básicas del día a día eran suficientes, y que no debía castigarme por no poder hacer más.
No creo que el tamaño importe cuando se trata de animales de apoyo emocional. Sí, me encantaría tener un perro, pero por mi artritis no podría sacarlo a pasear. Un hámster tiene un tamaño manejable. Son superfáciles de cuidar, y realmente recomendaría un compañero peludo como un hámster a alguien que esté pasando por un momento difícil en su vida”.
Todos en algún momento hemos visto un hámster y de inmediato hemos querido sostenerlo, y es que, cómo no, si son tan pequeñitos, suaves, tiernos y encantadores. A pesar de que durante mucho tiempo han sido vistos como mascotas para niños, la realidad es que estos diminutos seres pueden tener un impacto emocional profundo en personas de todas las edades.
Aunque su pequeño cuerpo quepa en la palma de tu mano, su capacidad de brindar calma y alegría es inmensa. Su presencia es tranquilizadora y puede ayudar a aliviar el estrés, reducir los sentimientos de soledad y generar una sensación de conexión.
Autumn McWilliams es una mujer de 33 años que vive en las calles de Los Ángeles al lado de su pareja y su entrañable amigo Cardi D, un pato pekín que con su amistad se convirtió en su animal de apoyo emocional.
McWilliams, quien además de haber vivido una infancia difícil, tiene esquizofrenia, y ha vivido en situación de calle intermitentemente durante la mitad de su vida. Con solo unos meses de vida, Cardi D se ha transformado en su fuente de consuelo, acompañándola en una carriola por toda la ciudad.
Ella y su pareja Jack viven en una tienda de campaña bajo un paso elevado, y aunque han adaptado su espacio para mantener a su mascota a salvo, ambos sueñan con conseguir una vivienda permanente con un jardín donde Cardi D pueda vivir mejor.
Cuando Autumn se siente triste, ella lo abraza y lo mece, dice que Cardi D le brinda amor incondicional y le da una razón para seguir adelante.
Aunque los patos no suelen figurar entre los animales de apoyo emocional más populares, quienes han convivido con ellos saben que la compañía de estos simpáticos animales es profundamente terapéutica.
Ellos son criaturas inteligentes, cariñosas, divertidas y hasta empáticas. Por su naturaleza social y juguetona, son compañeros que sin duda pueden llenar cualquier hogar de alegría con tan solo verlos. Tener un pato como mascota puede ayudar a socializar, mejorar el estado de ánimo y bajar los niveles de estrés.
Emily nació con una rara afección llamada malformación de Chiari, que ocasiona que su cerebro presione contra su médula espinal. Esto la ha llevado a pasar por más de 30 cirugías que además de causarle dolor crónico, la llevan a tener episodios de gran tristeza.
Pero todo cambió por completo cuando tras haber pasado dos semanas en el hospital, sus padres le propusieron adoptar a un cerdito como animal de apoyo emocional, y fue así como Pita Peppa llegó a su vida.
Para Emily, la llegada de Pita ha supuesto compañía, consuelo y alegría, ayudándola a sentirse más fuerte y optimista. Ambos han construido una entrañable amistad y se han vuelto inseparables; van juntos a todos lados e incluso viajan en avión privado.
Los cerdos y los minicerdos no están tradicionalmente asociados como animales de apoyo emocional, sin embargo, existe evidencia de que, por su sensibilidad e inteligencia, son grandes compañeros con capacidades terapéuticas.
Estos tiernos animales poseen la habilidad de leer gestos humanos, reconocer emociones en otros cerdos, recordar ubicaciones importantes y hasta tomar la perspectiva de otro individuo. Además, aprenden con rapidez y disfrutan del juego. Debido a su naturaleza afectuosa y sociable, son excelentes animales de apoyo emocional, capaces de calmar a niños con autismo, aliviar síntomas de estrés y ansiedad e inclusive detectar crisis médicas como hipoglucemias o convulsiones.
En 2010, una organización de rescate de conejos le pidió a una mujer que cuidara temporalmente de uno de los conejos mientras le encontraban un hogar permanente, sin contar con que el pequeño animal se convertiría en su gran amigo.
Cinco años después de que Budgie y la mujer se conocieran, ella fue diagnosticada con enfermedad de Parkinson, lo que le generó un enorme impacto emocional. Desde ese momento, su amigo peludo ha sido una fuente constante de consuelo, alegría y motivación para ella.
Aunque Budgie no puede ayudarla físicamente como lo haría un perro de servicio, su presencia emocional ha sido transformadora. En momentos de tristeza profunda o desesperación, cuando ella se siente derrotada por su enfermedad y empieza a llorar, Budgie se le acerca y le da pequeños “besos de conejo”, como ella los llama. Esos momentos de ternura le ayudan a recuperar la calma y le recuerdan que no está sola.
Los conejos, a pesar de ser tan tiernos, entrañables y esponjosos, a menudo pasan desapercibidos como animales de apoyo emocional, sin embargo, en los últimos años han demostrado ser excelentes compañeros, especialmente para aquellos que enfrentan desafíos en su salud mental.
Si bien son seres tranquilos y reservados al inicio, su compañía puede aliviar la soledad, ofrecer consuelo sin juicio y proporcionar un sentido de conexión profunda, ayudando a mejorar los síntomas de distintos problemas relacionados con la salud mental.
El simple acto de acariciar a uno de estos pequeños, puede reducir los niveles de cortisol, hormona del estrés, y aumentar sustancias que generan bienestar y tranquilidad como la serotonina, dopamina y oxitocina.
Aunque la investigación sobre los beneficios de la relación entre humanos y animales es relativamente reciente y aún inconclusa, algunos estudios han demostrado que interactuar con animales puede reducir el estrés y la tensión arterial, así como reducir el sentimiento de soledad, aumentar la sensación de apoyo social y mejorar el estado de ánimo. Esto es debido a que:
Aun sin poder comunicarse con los humanos a través de palabras, los animales nos demuestran su afecto hacia nosotros con su compañía. Estas historias nos recuerdan la gran sensibilidad que algunos animales poseen y que les permite generar conexiones profundas con nosotros, que en la mayoría de las veces, van más allá de una simple amistad y que pueden tocar el alma. Si eres dueño de alguno de estos animales, no dudes en compartir tu historia y hacer que tus conocidos también se conmuevan con las anécdotas de este artículo.