Científicos explican por qué resulta más difícil bajar de peso con el correr de los años

Curiosidades
hace 4 años

Las personas estamos tan ocupadas con nuestros quehaceres diarios, estudiando, trabajando y haciendo actividades en el hogar, que terminamos olvidando aspectos tan importantes como el funcionamiento de nuestro cuerpo. No es un secreto que, cuantos más años cumplimos, más difícil se nos hace bajar de peso. Y esto se vuelve notorio cuando las comidas que antes podíamos consumir sin culpa ahora repercuten en nuestro peso sin piedad, haciendo que las dietas que nos resultaban exitosas en el pasado ya no nos funcionen.

Pero debes saber que eso no es tu culpa, y Genial.guru quiere compartir contigo las razones por las cuales nos cuesta bajar de peso con la edad.

Comencemos por saber qué son los lípidos

Los lípidos son compuestos que se encuentran en algunos alimentos como las nueces, lácteos, aceitunas, aceite de oliva y ciertos pescados, y le aportan a nuestro cuerpo grasas, entre otras cosas. Está bien, quizás la palabra “grasa” suene sospechosa, pero antes de que descartes a los lípidos de tu dieta, debes saber que, contrariamente a lo que se piensa, hay grasas que son muy saludables, como las insaturadas que se encuentran en aceites y legumbres. Su consumo le hará muy bien a tu salud.

Beneficios de los lípidos

Los lípidos son beneficiosos tanto para los animales como para las personas, ya que influyen en la producción de hormonas y ayudan a regular la temperatura corporal. En cuanto a esto último, sorprendentemente, el cuerpo resiste más a los ambientes fríos con una capa gruesa de grasa, y, si no nos crees, puedes verlo especialmente en los animales cuando se acerca el invierno. Por ejemplo, en el caso de los osos, estos consumen mucha comida para resistir las bajas temperaturas. Pero claro, nosotros somos humanos, y no animales que pueden darse el lujo de invernar en cuevas.

Pero no te aflijas. Lo cierto es que los lípidos nos dan muchos beneficios, como el aporte de energía a nuestro cuerpo, especialmente cuando el organismo se agota en hidratos de carbono, lo que mejora nuestro rendimiento físico. Además, forman parte de células del sistema nervioso, facilitan la absorción de vitaminas y previenen enfermedades. Pero por muy agradable que suene esto, lo cierto es que ningún exceso es bueno. Así como las grasas ingresan al cuerpo, deben ser eliminadas antes de consumirse nuevos alimentos, ya que el tejido adiposo sufre variaciones dependiendo de cuánto ingerimos o dejamos de ingerir. Puede reemplazar las grasas quemadas por nuevas, o acumularlas si se consumen en mayor cantidad y el cuerpo se mantiene pasivo. El ejercicio cumple un papel importante en esto último, y se puede ver en el caso de los niños que, en contraste con la vida poco enérgica de los adultos, queman grasas cuando juegan debido al constante movimiento.

Qué sucede con nuestro cuerpo con el paso de los años

Según un estudio realizado por investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia, la razón por la que subimos fácilmente de peso conforme pasan los años es que la sustitución de lípidos se vuelve más lenta. Puede parecer un detalle menor, pero lo cierto es que nuestro cuerpo precisa realizar este recambio para regular la masa de tejido adiposo. Y, por si te lo preguntabas, el tejido adiposo es el que regula la reserva de grasa y almacena la energía en forma de calorías que consumimos a lo largo del día. Este tejido aumenta en tamaño a medida que el almacenamiento de grasa crece; es decir, más grasa que se acumula, más aumentamos de peso. Imagina que el tejido adiposo es como un paño absorbente que acumula agua. De vez en cuando, este debe expulsar el contenido que tiene en su interior antes que ingrese uno nuevo; de lo contrario, seguirá ensanchándose. Con el tejido adiposo, que está distribuido en distintas partes del cuerpo debajo de nuestra piel, sucede lo mismo: si no elimina sus lípidos grasos, estos se acumulan, aumentando el peso del cuerpo.

En la investigación, los profesionales dieron seguimiento a los cambios de peso y procesos moleculares de casi 100 hombres y mujeres durante 13 años, y constataron que todos los sujetos, habiendo subido o bajado de peso, redujeron su proceso de sustitución de lípidos. “La salud en general se ve afectada por un incremento en el tamaño de las células grasas (adiposas), así que, a medida que envejeces y consumes alimento al mismo ritmo y no te ajustas al hecho de que no estás quemando lo mismo, tus células grasas crecen en tamaño, y eso tiene consecuencias negativas para tu salud”, explicó Kirsty Spalding, una de las investigadoras.

Que no cunda el pánico, ya que siempre puedes recurrir a una dieta saludable

Como dijimos anteriormente, aquí no hay villanos: hay grasas saludables, y, aunque el tejido adiposo empiece a hacer su labor más lentamente con la edad, también es muy útil, puesto que es el que almacena los lípidos que le aportan beneficios a nuestro cuerpo. En el cuerpo humano, el tejido adiposo representa un porcentaje del 15 % o 20 % del peso total en el caso del hombre, y entre el 20 % y el 25 % en la mujer. Eso está bien, pero cuando está por encima de esa cifra, es muy probable que la persona deba empezar a ejercer un control más estricto en su cuerpo. Así que, aunque no tengamos villanos, sí tenemos una “heroína” en quién debemos confiar, sea cual sea nuestro peso: la dieta.

Las dietas deben tener un balance completo de hidratos de carbono, proteínas y grasas en las proporciones adecuadas, con un consumo moderado. También es importante discernir sobre las grasas que están presentes en los alimentos de manera natural y las que se agregan en la comida a la hora de cocinar. Debemos evitar las grasas trans, tan irresistibles como nocivas, como las pizzas, papas fritas y demás alimentos grasientos, también llamados comida “chatarra”, ya que son perjudiciales para nuestro cuerpo y conducen al sobrepeso.

Consumo de lípidos según la edad

La proporción correcta de lípidos varía según la edad y condición física. En general, los bebés deben consumir un 50 %, el cual normalmente les provee la leche materna. Los adolescentes necesitan un 40 % de las calorías diarias en forma de lípidos. Desde los 19 años hasta la edad adulta, su consumo debe aportar aproximadamente un 25 % y 30 % de la energía total de la dieta.

En las personas mayores de 50 años, el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) recomienda que, a la hora de ingerir carnes y pescados, se quite cualquier exceso de grasa, se usen productos lácteos bajos en ella y se evite freír los alimentos. Toda esta alimentación debe estar regulada también por el ejercicio físico, ya que, cuanta más edad adquirimos, más sedentarios nos volvemos, y, al eliminar grasas más lento, es normal que se refleje en nuestro cuerpo si no lo mantenemos en movimiento. Sea cual sea la edad, cualquier exceso siempre es contraproducente, por lo que, si estás interesado en llevar una dieta saludable que se acople a tu cuerpo, no dudes en consultar a un profesional.

¿Crees que, con el paso de los años, nos cuesta más bajar de peso? ¿Sigues alguna dieta para cuidar tu figura? De ser así, compártela en los comentarios. ¡Nos encantaría leerla!

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Con la edad nos volvemos menos activos y quemamos menos calorías

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