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¿Sientes hinchazón después de comer, te cuesta ir al baño o te baja el ánimo sin razón aparente? Es posible que el problema no esté solo en lo que comes, sino en lo que tu cuerpo hace con eso que comes. Y ahí es donde entran en juego dos grandes aliados de la salud intestinal: los probióticos y los prebióticos.
¿Quieres saber cómo pueden ayudarte a mejorar la digestión, fortalecer tu inmunidad e incluso influir en tu estado de ánimo? En este artículo te explicamos cómo actúan y te brindamos opciones simples para sumarlos a tu alimentación diaria —sin necesidad de suplementos caros ni recetas complicadas.
Los probióticos son microorganismos vivos —principalmente bacterias y levaduras— que ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal. Es decir, son el conjunto de bacterias “buenas” que viven en nuestro intestino.
Los prebióticos son fibras no digeribles que alimentan a las bacterias buenas del intestino. No contienen microorganismos vivos, pero favorecen el crecimiento y actividad de los probióticos que ya están presentes en el organismo.
Piénsalo así: si tu intestino fuera un jardín, los probióticos serían las plantas saludables que quieres cultivar y los prebióticos el abono que alimenta ese jardín para que crezca fuerte, diverso y resistente a las malas hierbas.
Los probióticos ayudan a mantener o restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que reporta una serie de beneficios para la salud, que incluyen:
Si quieres cuidar tu microbiota sin recurrir a suplementos, estos alimentos probióticos pueden ser tus grandes aliados:
Los prebióticos alimentan a las bacterias buenas del intestino, que son esenciales para:
No basta con tener bichitos buenos en el intestino, también hay que darles de comer. Por suerte, muchos alimentos vegetales comunes son excelentes fuentes de prebióticos:
Si sigues una alimentación vegana, ¡tenemos excelentes noticias! Muchos alimentos ricos en prebióticos son naturalmente de origen vegetal; y aunque los probióticos suelen asociarse con productos lácteos, también existen varias opciones 100 % veganas para cuidar de tu microbiota intestinal.
Aquí tienes algunas alternativas fermentadas de origen vegetal que ofrecen las mismas ventajas que los probióticos a base de leche:
La dieta vegana suele ser rica en fibras, lo que la convierte en un terreno fértil para prebióticos. Estas fibras no se digieren en el intestino delgado y llegan intactas al colon, donde alimentan a las bacterias beneficiosas.
Como fue mencionado, algunos de los alimentos más ricos en fibra prebiótica vegana son el ajo, la cebolla y el puerro, la avena y las bananas, pero también hay otros que puedes incluir en tu dieta diaria y como complemento en tus preparaciones:
Ahora sabes por qué los probióticos y prebióticos forman un equipo imbatible. Incorporarlos a tu alimentación —ya sea a través de alimentos naturales, fermentados, vegetales o suplementos— puede hacer una gran diferencia en tu salud digestiva, inmunológica y emocional.
Cada intestino es un mundo, y conocer cómo cuidarlo es dar un paso más hacia una vida con más energía, bienestar y conexión con tu cuerpo. ¿Ya incluyes alimentos probióticos y prebióticos en tu dieta? ¿Notaste cambios al incorporarlos?
El contenido se proporciona únicamente con fines informativos y no pretende sustituir el consejo médico. Consulte a su doctor para recibir orientación sobre su salud y condiciones médicas.