Voy a poner en práctica algunos de estos consejos ;)
Cómo reconocer si nuestros hijos sufren de falta de concentración, y qué hacer para ayudarlos a enfocarse
La situación de estar sentado frente a una pila de tareas y no tener ganas de realizarlas es algo que quizás todas las personas hemos padecido en algún momento de nuestras vidas. La sensación de que el tiempo nos apremia y que corremos contra el reloj para entregar un trabajo o estudiar para un examen nos hace entrar en un círculo vicioso del que es difícil salir, ya que las tareas se acumulan y los bloqueos mentales son cada vez más difíciles de destrabar.
Como hay muchos niños a los que les cuesta recuperar la concentración y poder priorizar lo urgente, Genial.guru recopiló algunas de las causas que les dificultan enfocarse y ciertos consejos que pueden centrarlos y hacerlos disfrutar un poco más de la etapa escolar. Al final del artículo encontrarás un bono con otros tips.
1. Sufre de ansiedad o estrés
A menudo, los estudiantes pueden tener muchas cosas en qué pensar o tareas que deben resolver al mismo tiempo, y esto puede abrumarlos y generarles ansiedad o estrés. Por supuesto, esto afecta su concentración. Pensar en que deben concentrarse y hacer ciertos trabajos suele ser la causa del estrés, y por esto entran en un ciclo contraproducente.
Señales de que padecen estrés o ansiedad:
- divague mental y dificultad para terminar las tareas escolares;
- procrastinación;
- pocas ganas de ir a la escuela;
- comportamiento inestable, malhumor o malas actitudes;
- no quieren compañía, actúan retraídos.
Qué hacer:
Encuentra el momento para charlar con ellos e intenta averiguar qué les está causando estrés. Si bien a todos pueden afectarles cosas similares, cada caso es particular, y su rendimiento académico puede desmejorar por diversas causas. Transmíteles confianza, ayúdalos a respirar y relajarse, así todo se aclarará. Una buena alternativa puede ser ayudarlos a clasificar sus tareas por orden de prioridad, incluyendo los descansos necesarios para no saturarlos.
2. Tiene malos hábitos alimenticios
Lo que ingieren o no ingieren los niños tiene incidencia en su energía y, por lo tanto, en su concentración. Si en vez de comidas balanceadas y saludables, consume comidas rápidas y, a su vez, no realiza actividad física, tendrá poca energía y le costará enfocarse en sus quehaceres.
Señales de que tiene una mala alimentación:
- no desayuna;
- no tiene motivación;
- cansancio inexplicable;
- mala memoria;
- poco ánimo.
Qué hacer:
Comenzar todos los días con un desayuno ayudará a los niños a poder mantenerse enfocados y listos para absorber conocimientos. A su vez, trata de que el resto de sus comidas también sean balanceadas, con una buena cantidad de proteínas y grasas saludables. Un plus puede ser darles, además, alimentos ricos en omega 3 (frutas, verduras, pescado, cereales integrales, etc.), que ayudan a mejorar la concentración.
3. Padece por distracciones externas
Compañeros de escuela charlatanes, celulares que prometen entretenimiento o desorden en los lugares donde debe hacer sus tareas pueden ser algunas de las principales cosas que distraen a los estudiantes. Todos estos y más son obstáculos que se ponen entre ellos y el conocimiento que sus profesores quieren otorgarles.
Señales de que las distracciones externas lo afectan:
- no hay orden en sus tareas;
- se frustra con los trabajos escolares;
- desorden en sus sitios de trabajo;
- no se despega del celular;
- distrae a sus compañeros.
Qué hacer:
El modo “no molestar” del celular es de gran ayuda para cuando hay una tarea o una clase por delante. También pararse y tomar un descanso puede ser positivo, pero esto solo en casa; en el aula una buena manera para reencontrarse con la concentración puede ser cerrar los ojos y respirar profundo una serie de veces.
Y para batallar contra la desorganización o las tareas incompletas, puedes brindarle estrategias y herramientas para lograr ponerse al día con sus cosas. Tener una agenda o un calendario podrá ayudarlo a organizar su futuro próximo y así estará preparado con anticipación para cada día.
4. Se aburre porque la clase no le representa un desafío
A ciertos chicos no les alcanza con lo que les enseñan en la escuela, y eso no representa un desafío para ellos. Si a tu hijo le pasa esto, aparecerá la falta de interés y es probable que dejen de prestar atención en el ámbito escolar.
Señales de que está aburrido y necesita otros desafíos:
- su velocidad para absorber conceptos es mayor a los de su clase;
- las notas altas son algo normal para ellos;
- comprende el material de estudio pero obtiene notas bajas;
- no lo motiva ir a la escuela.
Qué hacer:
Los programas de enriquecimiento curricular pueden ser claves para ayudarlos a retomar el camino de la concentración y la buena energía. Estos programas están dirigidos a estudiantes con alta capacidad y proveen material con más dificultad, lo que les planteará un desafío y los entusiasmará en todo lo relacionado con el aprendizaje.
5. Pasar hambre
Si los chicos pasan hambre, su nivel de azúcar en sangre será bajo, y como consecuencia, se fatigarán rápidamente y su capacidad de concentración será baja. Además, pasar hambre durante la etapa de crecimiento puede traer posteriores problemas de aprendizaje.
Señales de que el niño tiene hambre:
- se ve confundido;
- se siente débil;
- mal humor;
- sonido de tripas.
Qué hacer:
Obligarlo a comer no es el mejor camino, ya que esto puede generar o reforzar una mala conexión con el momento de la comida. Por esta razón, es importante tratar de no mezclar las emociones con la comida, intentando además que prime la serenidad, dejando fuera los retos y enojos. Sumado a esto, establecer una rutina de comidas diarias y con platos de cantidades razonables. Este método con 3 pasos importantes es más estructurado y puede o no funcionar.
Si no lo hace, ten en cuenta lo siguiente:
- fomenta su autonomía;
- ofrece la comida, no lo fuerces;
- que el acto de comer dure como máximo entre 25 y 35 minutos. Cuando pase el tiempo, retira el plato, sin importar si comió o no;
- evita los picoteos entre horas;
- evita distracciones como la TV a la hora de comer;
- no discutir o contradecirse frente al niño en torno a temas alimentarios.
6. No tomar la suficiente cantidad de agua
Cuando el cuerpo no tiene la suficiente cantidad de agua, las consecuencias no tardan en llegar. Aparecen el dolor de cabeza, el cansancio, el malhumor, y esto afectará su concentración. Con tener 2 % menos de la hidratación necesaria, su capacidad para enfocarse ya no será la misma.
Señales de que está deshidratado:
- tiene dificultad para ver;
- se siente cansado;
- no puede mantener la atención;
- tarda en responder ante estímulos visuales;
- su orina es de color fuerte.
Qué hacer:
- No esperar a que tenga sed. Es importante que siempre tengan cerca una botella con agua.
- En el momento de la comida, que haya agua sobre la mesa.
- Como adulto, dar el ejemplo y tomar la cantidad necesaria de agua.
- Darle un vaso de agua en el desayuno puede ser bueno para empezar el día hidratado.
7. Malos olores que distraen
Ciertos olores pueden resultar fuertes o molestos para los chicos, y con esta variable como constante su concentración será afectada. Antes de sentarse a estudiar, hacer una tarea o escuchar una clase, puede ser bueno renovar el aire abriendo una ventana o ventilando un poco el lugar.
Qué hacer:
Más allá de la época del año, es importante renovar el aire del hogar. Para acelerar el proceso, puedes crear corrientes cruzadas abriendo diversas puertas y ventanas, así el aire exterior viaja más rápido a través de toda la casa, logrando así limpiar cada ambiente. Con períodos de entre 10 y 20 minutos, a veces varias veces al día, tu hogar puede sentirse más puro.
Bono: otros consejos para mejorar la concentración
1. Practicar con juegos de habilidad mental
Juegos de memoria, crucigramas, rompecabezas, libros para colorear, sudokus y otros similares pueden beneficiar la concentración, ya que estarán entrenando el cerebro y divirtiéndose a la vez.
2. Pasar tiempo en contacto con la naturaleza
Una investigación publicada en el 2017, donde siguieron a más de mil chicos desde que nacieron hasta sus 7 años, determinó que el contacto con entornos naturales puede contribuir al desarrollo del cerebro y a mejorar la capacidad de concentración de los niños.
3. Escuchar música instrumental para evitar ruidos molestos
Cuando, por alguna razón, hay contaminación sonora que puede funcionar como distracción para el niño, una buena alternativa puede ser darle un dispositivo para escuchar música instrumental.
4. Tomar pausas para mover el cuerpo
Cuando estamos demasiado tiempo sentados haciendo tareas o estudiando, es bueno tener cada tanto una pausa para mover el cuerpo. En los niños, esto les puede proporcionar mejor información sensorial, y deben ser fáciles de realizar tanto en casa como dentro de una institución escolar. Por ejemplo, caminar en puntas de pie, estirar la espalda, brazos y piernas, hacer flexiones de pared, escritorio o silla, entre otras.
5. Probar con objetos antiestrés
Un objeto con el que jugar o distraerse un rato de sus tareas (pelota antiestrés, un lápiz con alguna gracia, un cubo con botones, etc.) puede ayudar a algunos niños a concentrarse. La aclaración es porque, según el chico, esto puede encaminarlos hacia la concentración o distraerlos completamente, entonces si tiene que usar un objeto así o no, será algo que el responsable del pequeño debe analizar.
¿Qué cosas son las que más te distraen de las tareas que debes hacer? ¿Cómo logras volver a enfocarte de nuevo?
Comentarios
Mi hijo tuvo una temporada en la que le pasaba
La de la ansiedad me pasó cuando era adolescente, me alegro de que mi madre se dio cuenta
Esto es muy común que suceda con los niños, especialmente hoy en día, con la tecnología.