El error común al lavar las axilas que puede hacerte oler peor

¿Alguna vez te ha pasado que, aunque te lavas bien las axilas todos los días, sigues notando mal olor al poco tiempo? No estás solo. Muchas personas creen que con agua y jabón es suficiente, pero la realidad es que, cuando se trata del olor corporal, la forma en que nos lavamos importa tanto como el hábito mismo. En este artículo te contamos por qué lavarte las axilas solo podría estar empeorando la situación y qué puedes hacer para que realmente funcionen tus rutinas de higiene.

El cuerpo produce sudor por una buena razón

La sudoración es un proceso corporal normal en el que nuestras glándulas sudoríparas segregan fluidos en la superficie de nuestra piel. Esta respuesta se desencadena para evitar que nos sobrecalentemos.

Tan importante es la función de sudoración para el cuerpo, que, en promedio, cada persona tiene al rededor de unos tres millones de glándulas sudoríparas.

Entre todas esas glándulas, existen 2 tipos:

• Glándulas ecrinas: El sudor que segregan estas glándulas es transparente e inodoro. También liberan líquido directamente sobre la superficie.
• Glándulas apocrinas: El fluido que liberan estas glándulas es espeso y puede oler mal cuando entra en contacto con las bacterias que se asientan en tu cuerpo. El sudor se libera a través de los folículos pilosos hacia la superficie. La mayoría de los adolescentes empiezan a oler mal porque estas glándulas no empiezan a funcionar hasta que llega la pubertad.

Las axilas pueden oler mal por varias razones

Como hemos dicho antes, una persona empieza a desarrollar olor corporal cuando su sudor entra en contacto con las bacterias que siempre están en la superficie del cuerpo. Hay otros factores que pueden afectar al olor de nuestras axilas:

• El ejercicio hace que las glándulas suden porque nuestro cuerpo está intentando refrescarse. Los fluidos segregados se mezclan con las bacterias y se evaporan.
• Tu dieta puede alterar tu olor. Diferentes tipos de aceites, ajo y cebollas viajan a través de los poros, provocando un fuerte olor corporal.
• El tiempo caluroso puede hacerte sudar constantemente porque tu cuerpo siempre está tratando de enfriarse.
• La acumulación de productos sobre las axilas puede favorecer el mal olor. El no enjuagarse el jabón de la piel lo suficientemente bien, hace que se produzca una mezcla explosiva entre bacterias, sudor y fragancias cosméticas.
• Otros factores pueden ser: el sobrepeso, un cambio en las hormonas, algunos tipos de medicamentos y ciertas condiciones de salud.

Consejos para reducir el olor corporal

A veces, nos lavamos de forma inadecuada, sin siquiera percibirlo. Al limpiar nuestras axilas suavemente con jabón, no estamos eliminando del todo el olor corporal. Podemos estar limpiándonos bajo la ducha y seguir teniendo las axilas malolientes debido a una limpieza insuficiente. A continuación, te daremos algunas formas que puedes utilizar para eliminar el olor corporal, al menos por un tiempo.

• Practicar una buena higiene y utilizar jabón antibacteriano. Cuando nos enjabonamos las axilas, según un profesional, debemos aplicar jabón antibacteriano durante al menos 30 segundos. Esto se hace para deshacerse de las mismas bacterias que causan el mal olor corporal. También es crucial enjuagar después totalmente el jabón que se ha aplicado.
• Secarte las axilas muy bien: A las bacterias les encanta la humedad, así que dejar partes húmedas en las axilas, significa una segura bienvenida para que ellas hagan de las suyas, produciendo olores indeseados.
• Puedes afeitarte con regularidad. El vello de nuestro cuerpo tiende a atrapar bacterias y, al mantener las axilas afeitadas, permitimos que el sudor se evapore más rápidamente y, por tanto, tenemos un contacto mínimo con las bacterias.

• Lleva ropa limpia y holgada. Procura no reutilizar la ropa sucia, sobre todo si te la pones para hacer ejercicio. Los tejidos de tu ropa también importan, cuanto más transpirables, como el algodón y el lino, mejor. Así mantendrás tu cuerpo seco el mayor tiempo posible.
• Utiliza un antitranspirante. Funciona porque las glándulas sudoríparas disminuyen la producción de sudor una vez que están llenas, y el antitranspirante ayuda dando a estas glándulas esa sensación.

En resumen, lavarte las axilas es importante, pero no siempre es suficiente. Entender cómo funciona el olor corporal y ajustar tu rutina de higiene puede marcar la diferencia. A veces, pequeños cambios hacen que te sientas más fresco por más tiempo.

Recuerda que este contenido es meramente informativo y, en caso de dudas, debes consultar con un especialista.