10 Estrategias que pueden ayudarte para que el miedo a volar no maneje tu vida

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hace 2 días

Sentir ansiedad antes o durante un vuelo es más común de lo que imaginas. De hecho, alrededor del 20% de los viajeros experimenta algún grado de miedo a volar. A pesar de ello, volar sigue siendo uno de los medios más seguros de transporte, se calcula que unos 99.709 vuelos despegan y aterrizan con éxito cada día en el mundo​.

Si los aviones te ponen nerviosa, ¡no estás solo! La buena noticia es que puedes aprender a gestionar ese miedo. A continuación, te compartimos 10 estrategias efectivas, respaldadas por expertos, para ayudarte a vencer la ansiedad en el avión y disfrutar de un vuelo mucho más tranquilo.

1. Enfría el cuerpo con bebidas frías

Cuando sientas pánico, aplicar frío a tu cuerpo puede brindarte alivio inmediato. Por ejemplo, colocar una lata de refresco bien fría en tu frente o nuca ayuda a “enfriar” tu temperatura corporal​. Esta sencilla acción envía una señal de calma a tu sistema nervioso, el cuerpo responde al frío activando el modo de baja energía y relajación​.

También puedes tomar unos sorbos de agua helada, hidratarte con algo frío mientras respiras lento puede cortar la adrenalina de la respuesta de pánico​. Intenta llevar siempre una botella con agua fría o pedir hielo a la tripulación, apenas te sientes en tu asiento.

2. Controla la respiración con inhalaciones y exhalaciones lentas

Cuando notes que tu corazón se acelera en el avión, concéntrate en ralentizar tu respiración, inhala por la nariz contando, exhala por la boca despacio​. Por ejemplo, la respiración en caja (inhala 4 segundos, mantén 4, exhala 4, mantén 4) u otras técnicas de yoga, pero la clave es hacerlo despacio y constante​.

Esta práctica activa el sistema nervioso parasimpático, ayudando a normalizar tu ritmo cardiaco y llevar tu mente al momento presente en lugar de los temores futuros​. Unos minutos de respiración controlada pueden ayudar a sentirte de nuevo en control de tu cuerpo.

3. Usa la técnica sensorial “5-4-3-2-1”

Cuando la ansiedad sube a bordo contigo, tus sentidos pueden ser tus aliados. La popular técnica “5-4-3-2-1” es un ejercicio de grounding o enraizamiento que muchas personas usan para calmar ataques de pánico.

¿En qué consiste? Observa a tu alrededor e identifica: 5 cosas que puedas ver, 4 cosas que puedas tocar, 3 cosas que puedas oír, 2 cosas que puedas oler y 1 cosa que puedas saborear​.

Describir mentalmente estos estímulos te obliga a sacar la mente de la espiral de miedo y llevarla de vuelta al aquí y ahora. Al involucrar todos tus sentidos, le das una “tarea” a tu cerebro distinta de preocuparse, y poco a poco notarás que la ansiedad disminuye.

4. Lleva ayudas sensoriales

Antes de volar, prepara un kit antiestrés con pequeños objetos que estimulen tus sentidos y te distraigan. Caramelos ácidos o mentas fuertes son ideales para el gusto, su sabor intenso puede romper un pensamiento ansioso. Para el tacto, considera texturas atractivas como una pelotita antiestrés, una bolita de gel, una funda suave o incluso un fidget spinner para tener entre manos​.

También puedes llevar loción con un aroma relajante (lavanda o azahar) y olerla cuando te sientas tenso​. Incluso unos audífonos con música tranquila o meditaciones guiadas descargadas te servirán para ocupar el oído. Estas ayudas sensoriales son distractores positivos y señales de calma que contrarrestan los síntomas de la ansiedad.

5. Disfruta del tacto con una presión suave y mantas con peso

El contacto físico relajante puede ser un gran calmante natural durante el vuelo. Si viajas con alguien de confianza, pídele que te acompañe en técnicas de relajación por tacto. Por ejemplo, presiones suaves en los brazos o manos, caricias lentas en la espalda o un masaje de cuero cabelludo pueden ayudarte a liberar tensión​.

Este tipo de estimulación táctil rítmica genera una sensación de seguridad y arraigo, recordándole a tu cuerpo que estás en un entorno protegido. Si viajas solo, considera llevar una manta con peso (weighted blanket) o incluso una chaqueta pesada que puedas colocar sobre ti a modo de abrazo.

Estudios indican que las mantas con peso producen un efecto calmante profundo similar al de un abrazo, reduciendo la ansiedad fisiológica. Aprovecha el sentido del tacto para anclarte y sentirte contenido durante el vuelo.

6. Crea un mantra para desafiar pensamientos intrusivos

Tu diálogo interno puede ser un aliado poderoso contra el miedo. Antes del viaje, prepara un mantra o frase positiva que te sirva de escudo cuando asomen pensamientos catastróficos. Debe ser una afirmación breve, en presente y en tono tranquilizador.

Por ejemplo: “Estoy segura y tranquila, esto pasará pronto” o “El vuelo es seguro, todo está bien”. Repite mentalmente tu mantra cuántas veces lo necesites al notar que tu mente empieza a llenarse de ¿y si...?, aterradores.

Este ejercicio consciente de pensamiento te ayuda a reencauzar la mente hacia la racionalidad y a debilitar el impacto de esas ideas automáticas de miedo. Recuerda, tus pensamientos no tienen por qué controlar tus emociones, puedes reemplazarlos por mensajes que te den fortaleza y calma.

7. Infórmate sobre lo que ocurre en un vuelo

Gran parte de la ansiedad proviene de lo desconocido. Por eso, antes de tu viaje infórmate sobre cómo funciona un avión y las etapas del vuelo​. Lee o pregunta qué significan esos sonidos extraños durante el despegue, cómo es el procedimiento en caso de turbulencias, por qué a veces parece que el avión “frena” en el aire, etc.

Al comprender qué sucede detrás de cada ruido o movimiento, evitarás sobresaltos innecesarios. Por ejemplo, ¿sabías que las turbulencias, por muy molestas que sean, no representan un peligro real para el avión? Intenta escuchar anécdotas de vuelos de amigos o en foros, verás que incluso historias con turbulencia terminan bien y que estos vaivenes no desencadenan accidentes​.

Anticipar lo que vivirás a bordo reduce la incertidumbre y el miedo, porque reemplaza la fantasía catastrófica por expectativas realistas.

8. Elige bien tu asiento para mayor comodidad

Si te inquieta la inestabilidad o los movimientos, los expertos recomiendan sentarte cerca del ala o en las filas frontales. Las zonas delanteras tienden a experimentar menos sacudidas en turbulencia y ofrecen mayor sensación de seguridad al estar cerca de los pilotos y auxiliares​.

Por el contrario, los asientos hacia la cola suelen ser más movidos; al despegar, la parte trasera pierde antes la referencia del horizonte y puede dar más sensación de subida brusca​, lo que podría aumentar tu percepción de inseguridad. También considera tus necesidades personales, si sufres claustrofobia o ansiedad por sentirte atrapada, es preferible elegir un asiento de pasillo en lugar de ventanilla​.

9. Prepara autoinstrucciones para momentos de ansiedad

Antes de volar, dedica tiempo a diseñar un plan de acción personal para enfrentar tu miedo cuando aparezca. La idea es que anticipes posibles situaciones detonantes y anotes cómo responderás a cada una de manera saludable​.

Por ejemplo: "Si hay turbulencias, practicaré mi técnica de respiración calmada durante un minuto“​, o “Si escucho un ruido extraño, recordaré que es normal y repetiré mi mantra de seguridad”.

Escribe una lista breve de estas autoinstrucciones y llévala contigo en el equipaje de mano; saber que la tienes a mano te dará tranquilidad. Este “manual” hecho por ti misma te ayudará a reaccionar con más control cuando algo te inquiete, porque no tendrás que improvisar bajo ansiedad — ya tendrás un protocolo claro a seguir​

10. Cuida tu alimentación antes de volar (mejor poca fibra)

Lo que comes en las horas previas también influye en cómo te sentirás a bordo. Evita las comidas muy pesadas o ricas en fibra justo antes de volar​. Alimentos como legumbres, granos integrales o mucha verdura cruda pueden causar gases o necesidad frecuente de ir al baño​. Para viajar más tranquilo, opta por una dieta ligera y equilibrada antes del vuelo, porciones moderadas de proteína magra, algo de carbohidrato fácil de digerir (por ejemplo, arroz blanco o pan) y poca fibra.

Así reducirás la posibilidad de tener esas urgencias incómodas en pleno vuelo (que a nadie le gusta)​. Mantente hidratado, pero evita excederte con bebidas diuréticas (como mucho café, té o cola) en las horas previas, para no llenar la vejiga.

Muy importante, limita la cafeína y el alcohol antes y durante el viaje. La cafeína puede disparar tu ritmo cardiaco y aumentar la sensación de nerviosismo​, mientras que el alcohol deshidrata y en realidad puede intensificar la ansiedad o generar sensación de pérdida de control. Mejor guarda el brindis para celebrar al aterrizar.

Recuerda que cada pequeño paso cuenta y que superar la ansiedad es posible. ¿Te identificaste con alguna técnica en particular o tienes algún truco personal que te funciona a bordo? Cuéntanos en los comentarios y comparte cómo has logrado dominar tu miedo a volar

Imagen de portada EyeEm / Freepik, EyeEm / Freepik

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