El mito de Andrógino y la eterna búsqueda de nuestra otra mitad

Pareja
hace 4 años

Existen personas que creen ciegamente en la “media naranja”, por lo que van por el mundo buscando a esa persona ideal que las haga sentirse “completas”, como si algo le faltase en la vida. Pero ¿qué posibilidad hay de que todos seamos la mitad de alguien más? ¿De dónde surgió la idea de que somos seres incompletos y que, con el amor, nos “volvemos uno”? Bueno, al parecer, esta filosofía proviene del mito de Andrógino.

Genial.guru investigó más acerca de ese mito, de dónde proviene la palabra “Andrógino” y por qué el ser humano va en busca del amor como una forma de hallar a su mitad faltante.

La figura del Andrógino, el humano original

El término “Andrógino” surgió en la Antigua Grecia, y fue mencionado en el libro El banquete de Platón, el cual relata la reunión de un grupo de filósofos que se reunieron para hablar del amor.

Uno de ellos se llamaba Aristófanes, el cual mencionó la existencia de un “tercer sexo” al que llamó andrógino. Para este pensador, el mundo estaba conformado por tres tipos de seres humanos: los masculinos, los femeninos y los andróginos. Todos tenían formas redondas con una cabeza, cuatro brazos y cuatro piernas.

Los humanos de sexo masculino representaban al Sol, mientras que los femeninos reflejaban a la Tierra. La Luna era representada por el andrógino, debido a que poseía ambos atributos y participaba de forma activa entre la Tierra y el Sol.

Para moverse, los humanos se apoyaban sobre sus ocho extremidades y se impulsaban hacia adelante para girar como una pelota. Gracias a eso, podían desplazarse desde cualquier lugar sin ninguna dificultad, generándoles la confianza suficiente para desafiar a los dioses.

La separación del individuo por deseo de los dioses

Al ver que los humanos se propusieron escalar por los cielos para desafiar a los dioses, estos se reunieron con el dios Zeus para saber qué podían hacer con ellos.

Después de una larga discusión, Zeus tomó la decisión de disminuir sus fuerzas separándolos en dos partes para volverlos débiles y limitar su movimiento. Planeó que cada individuo pudiera pararse en dos pies y caminar recto por el mundo. Aunque la división procedería a aumentar el número de humanos al doble, su debilidad les impediría volver a intentar tal desafiante hazaña.

La eterna búsqueda de nuestra “otra mitad”

Una vez que Zeus dividió a cada ser humano en dos mitades, el dios Apolo procedió a remendarlos para hacerlos individuos más modestos. Es así como surgieron los pliegues del abdomen y el ombligo, como señal del antiguo castigo divino, para que las personas nunca más osaran invadir las puertas del cielo.

Es aquí donde el Andrógino desaparece por completo, estableciéndose así los dos sexos que conocemos hoy en día: el masculino y el femenino. Todas las mitades que proceden del Andrógino van siempre en busca de su otra mitad, es decir, los hombres se sienten atraídos por las mujeres y viceversa. Y, cuando al fin la encuentran, se fusionan en un solo abrazo como un intento por recuperar su naturaleza de antaño.

En cuanto a los hombres y mujeres que fueron divididos por la mitad, estos siempre se sentirán atraídos por las personas de su mismo sexo.

Según el mito, vamos en búsqueda de otra persona para sentirnos “completos”, como un intento de recuperar nuestra antigua naturaleza humana. El amor es una eterna persecución de dos almas divididas, la cual permanecerá inmutable por toda la eternidad.

Y, por ese motivo, el filósofo Aristófanes culminó su discurso defendiendo al amor como una forma de honrar a los dioses, clamar por clemencia para que puedan restituirnos nuestra antigua naturaleza y alcanzar una felicidad llena de pureza.

¿Qué piensas acerca del mito de Andrógino? ¿Eres de los que sostienen que la búsqueda de esa persona especial nos completa? ¿O piensas que somos seres únicos y completos? Cuéntanos en los comentarios.

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