Cómo se veían en realidad 12 pasajeros del Titanic, los cuales fueron representados en la película de James Cameron

Arte
hace 3 años

El naufragio del Titanic fue una tragedia, de la cual solo sobrevivieron 700 personas de 2 200. Se han filmado varias películas acerca de este desastre, pero la más brillante y memorable fue la de 1997, de James Cameron. Los espectadores quedaron cautivados por los fascinantes efectos especiales, una conmovedora historia romántica y, por supuesto, personajes complejos e interesantes.

Genial.guru investigó profundamente la historia y decidió averiguar cómo eran en la vida real los pasajeros y miembros de la tripulación del Titanic, a los cuales James Cameron personificó en su película.

Margaret Brown

Margaret Brown, quien en la película le prestó a Jack el traje de su hijo para la cena con los aristócratas, fue una verdadera pasajera del Titanic. Era filántropa, figura pública y activista. Siempre pensaba en los demás. Margaret ayudó a los pasajeros a subir a los botes y se negó a ponerse a salvo hasta el final. Después de esto, discutió con el mayor de la barca, incitándolo a regresar al lugar del desastre para recoger a las personas que estaban ahogándose.

Cuando los pasajeros fueron recogidos por el barco transatlántico Carpathia, Margaret hizo listas de supervivientes, buscó comida y cobijas para los afectados. Incluso organizó un comité para recaudar fondos y brindar asistencia psicológica a los sobrevivientes del desastre. En reconocimiento a su labor, fue galardonada con la Orden Nacional de la Legión de Honor y fue apodada como “la insumergible” Molly Brown.

Capitán Edward Smith

El Titanic fue comandado por Edward Smith, de 62 años, quien creció en una familia de trabajadores comunes y abandonó la escuela a los 12 años para entrar en la Real Reserva Naval británica. Smith era el capitán más experimentado de White Star Line, con más de 40 años de experiencia. Se suponía que el viaje en el Titanic sería el último del hombre antes de retirarse.

En aquella época existía la creencia generalizada de que el hielo flotante no representaba un gran peligro. Y en 1907, el futuro capitán del Titanic incluso dijo en una entrevista que no podía imaginar una situación “en la que un barco moderno pudiera hundirse”. Existe una controversia acerca de cómo fueron los últimos momentos de la vida de Edward Smith, pero algunos testigos afirman que el capitán se fue como un héroe, quedándose parado en el puente.

J. Bruce Ismay

Joseph Bruce Ismay fue presidente y director de la línea de barcos de vapor White Star Line. Al tener el deseo de superar a sus competidores, decidió crear una nave lujosa e inigualable, y por eso ordenó reducir el número de botes salvavidas del Titanic de 48 a 16.

Después de ser rescatado de un barco que estaba hundiéndose, Ismay fue criticado por la prensa por abandonar el Titanic mientras aún había mujeres y niños a bordo. A pesar de que una investigación oficial demostró que él ayudó a muchos pasajeros y ocupó un asiento vacío del último bote, vivió hasta el fin de sus días con el estigma de un cobarde.

La imagen negativa de Ismay sigue usándose invariablemente en la cinematografía. La película de James Cameron no fue la excepción. Cuando un consultor del director sobre la historia del Titanic le pidió reexaminar el carácter de este hombre, le respondieron que no cambiarían el argumento en ninguna circunstancia. Además, los espectadores deseaban ver precisamente a tal personaje.

Thomas Andrews

Thomas Andrews fue el diseñador del Titanic y estuvo presente en el viaje inaugural del barco para supervisar su trabajo. Después de la colisión con el iceberg, Andrews fue uno de los pocos que se enteró del inminente hundimiento del crucero.

Persuadía a los pasajeros (quienes se resistían) a subir a los botes y revisaba los camarotes, incitando a la gente a ponerse los chalecos salvavidas y subir a la cubierta. Andrews no pudo sobrevivir. El hombre fue visto por última vez poco antes de que el Titanic se hundiera completamente. Andrews arrojaba desde la cubierta camastros, esperando que las personas en el agua pudieran usarlos como flotadores.

William McMaster Murdoch

William Murdoch tenía 16 años de experiencia en navegación y fue el primer oficial del Titanic. Él fue el oficial de guardia el día de la tragedia e intentó evitar la colisión, pero el personal se dio cuenta del iceberg demasiado tarde y, 37 segundos después de haberlo descubierto, ocurrió el accidente.

La compleja y ambigua imagen de Murdoch en la película de Cameron provocó la indignación de su sobrino y de los habitantes de la ciudad natal del oficial. Los creadores de la cinta personalmente acudieron a esas tierras, se disculparon con su familiar y también donaron dinero a un premio benéfico en honor a Murdoch.

Frederick Fleet

Frederick Fleet, junto con un colega, fue el vigía la noche de la tragedia y el primero en notar el iceberg. Posteriormente, al dar su testimonio a las comisiones estadounidense y británica de la investigación del desastre, Fleet dijo que, si en ese viaje les hubieran dado los binoculares a los observadores, él habría notado el iceberg antes.

Sin embargo, algunos expertos suponen que incluso con binoculares los vigías no habrían podido detectar el iceberg a tiempo, teniendo en cuenta las condiciones de la noche. Fleet fue asignado a remar en el mismo bote que Molly Brown y logró ser salvado.

Charles Lightoller

Charles Lightoller fue el segundo oficial del Titanic. Cuando el transatlántico comenzó a hundirse, él saltó del barco, evitando milagrosamente ser succionado por el conducto de ventilación. Se subió a un bote plegable volcado, en el que, además de él, había otros 29 hombres. Lightoller les enseñó a balancear la barca para que no se hundiera. No todos pudieron esperar al barco que los recogió al amanecer: algunos simplemente se caían al agua por agotamiento.

Lightoller fue el superviviente de mayor rango y, después del desastre, ofreció mejoras significativas en el transporte de pasajeros en el barco. Insistió en aumentar el número de botes salvavidas, recomendó realizar entrenamiento de su uso, también establecer radiocomunicación las 24 horas con cada barco y transmitir constantemente señales sobre zonas peligrosas en cuanto a condiciones meteorológicas.

Archibald Gracie IV

El coronel Archibald Gracie fue un escritor e historiador aficionado que viajó en el Titanic como pasajero de primera clase. Cuando ocurrió la colisión, él ayudó al segundo oficial Lightoller a subir a mujeres y a niños a los botes. Tras el hundimiento del barco, se salvó en un bote plegable volcado. Inmediatamente después de regresar a Nueva York, Gracie comenzó a escribir un libro sobre su viaje en el Titanic, el cual se convirtió en una valiosa fuente de información para historiadores e investigadores del desastre.

La salud del coronel se vio gravemente afectada por la hipotermia y 8 meses después de la tragedia murió debido a complicaciones de la diabetes. El hundimiento del Titanic dejó una marca indeleble en Gracie, y sus últimas palabras fueron: “Tenemos que subirlos a los botes. Tenemos que subir a todos a los botes”.

John “Jack” Phillips

El día de la tragedia, John “Jack” Phillips, el radiotelegrafista del Titanic, estaba saturado con telegramas de los pasajeros, ya que justo antes el transmisor de la radio se había descompuesto. Phillips, cansado, no le entregó al capitán algunas advertencias de los barcos cercanos sobre los icebergs. Ni siquiera escuchó el último mensaje de la embarcación más cercana, lo que podría haber ayudado a evitar una colisión, ya que su colega radiotelegrafista no lo marcó como “importante”.

Cuando ocurrió el desastre, el capitán ordenó a los radiotelegrafistas que enviaran una señal de socorro. Y Jack Phillips no dejó de transmitir ni un minuto hasta que el cuarto de transmisiones se inundó y el transmisor se cortó. Phillips no pudo salvarse. Harold Bride, quien trabajó con Jack, recordó: “Aprendí a amarlo esa noche y de repente sentí una gran reverencia al verlo parado allí, pegado a su labor, mientras todos los demás estaban furiosos. Nunca olvidaré el trabajo de Phillips durante los últimos quince minutos”.

Ida e Isidor Straus

La escena de la película que muestra a una pareja de ancianos abrazándose durante el hundimiento del Titanic se quedó grabada en nuestra memoria. Y estos personajes conmovedores tuvieron prototipos reales: Ida e Isidor Straus. Los esposos eran muy unidos, y cuando el empresario y político Isidor tuvo que ausentarse debido a su trabajo, todos los días se enviaba cartas con su pareja.

El oficial del Titanic, teniendo en cuenta la edad avanzada de la pareja, estaba dispuesto a permitir que ambos subieran a un bote salvavidas, pero Isidor se negó y decidió compartir el destino de los otros hombres en el barco. Trató de subir a su esposa a la barca, pero Ida no quería dejar a su marido en la nave que estaba hundiéndose. “Hemos estado juntos durante muchos años. Donde tú vayas, yo voy”, le dijo Ida. La pareja de ancianos fue vista por última vez sentada en camastros en una de las cubiertas del barco.

Wallace Hartley

La escena de la película donde, a pesar del pánico por el hundimiento del Titanic, la orquesta sigue tocando música, dejó a pocas personas indiferentes. Este episodio está basado en una historia real. Wallace Hartley era el director de la orquesta en el transatlántico, y después de la colisión con el iceberg, él y otros músicos comenzaron a tocar obras para mantener calmados a los pasajeros.

Muchos testigos contaron que la orquesta continuó tocando hasta el hundimiento del barco. Ninguno de los músicos sobrevivió. Cuando los rescatadores encontraron el cadáver de Hartley, este estaba atado con su violín, en cuya parte trasera estaba escrita una frase de su prometida: “Para Wallace con motivo de nuestro compromiso, de María”.

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