10 Técnicas que te ayudarán a continuar adelgazando si la dieta ya no funciona más

Consejos
hace 5 años

De acuerdo con los resultados de una investigación de un equipo de científicos de importantes universidades en EE. UU., únicamente 1/5 parte de las personas consigue eliminar el exceso de peso, que represente al menos un 10 por ciento de la masa corporal. Una de las razones de las complicaciones para adelgazar es la aparición del efecto meseta. Así se llama el efecto cuando, después de un determinado período de tiempo, el peso permanece sin cambios a pesar de todos los esfuerzos.

No es sorprendente que la ausencia de progreso sea frustrante y cause el rechazo del nuevo estilo de vida saludable. Sin embargo, el efecto meseta se puede y se debe combatir.

Genial.guru encontró pruebas científicas que son capaces de hacer que el peso se mueva de un punto muerto y que el entusiasmo no caiga mientras no consigues los números que quieres ver en la balanza.

1. Realizar entrenamiento de fuerza

Los entrenamientos de resistencia (mancuernas, pesa rusa, máquinas de fuerza) son menos efectivos para la pérdida de peso que los ejercicios aeróbicos ya que estos permiten conservar el nivel del metabolismo, lo que es importante para una dieta a largo plazo. Los entrenamientos de fuerza literalmente “excitan” el metabolismo, sin darle la oportunidad de entrar en un estado de bajo consumo energético.

Solamente no olvides consumir alimentos ricos en proteínas después de ejercitarte: entonces, los músculos se fortalecerán y el exceso de grasa no aumentará un solo gramo.

2. Cambiar el contenido calórico de la alimentación durante la semana

Durante las dietas, nuestro astuto organismo se adapta al recorte en las raciones, reduciendo el consumo energético. Esencialmente, el cuerpo se adapta a las nuevas condiciones de vida, manteniendo minuciosamente los kilogramos adquiridos pensando que vendrán tiempos de hambre. Y la reducción de la ingesta calórica simplemente lo convence más de esto.

Para engañar al organismo, se puede recurrir a la recepción bajo el nombre de “ciclos calóricos”. Dos días a la semana, procura alimentarte de aproximadamente 1000 o 1200 kilocalorías con un mínimo de carbohidratos, y, en los días restantes con 1500. Este paso no le permitirá al metabolismo desacelerar, sino que creará la necesidad para adelgazar debido a la deficiencia de calorías.

3. Distinguir una meseta real de una imaginaria

Durante los primeros días de la dieta, el exceso de agua sale del organismo, lo que hace que las cifras del peso caigan bruscamente. Sin embargo, para perder 0,5 kilogramos de grasa es necesario crear un déficit de 3500 kilocalorías. No importa cómo hagas esto, ya sea con ayuda de dietas o deporte, pero, obviamente, el proceso no será el más rápido.

Muchas personas adoptan una pérdida de peso muy lenta debido a la meseta, por eso se pierde el entusiasmo y dejan la dieta. Sé paciente y prométete no pesarte más de una vez a la semana: así el proceso será mucho más perceptible.

4. Apuesta por la proteínas y verduras

Las dietas bajas en grasa se consideran de las mejores estrategias para la pérdida de peso. Las proteínas y la fibra nos hacen estar bien alimentados y aceleran el metabolismo, mientras que por otro lado, los carbohidratos provocan aumentos en los niveles de insulina, acentuando el sentimiento de hambre y facilitando la acumulación de reservas de grasas. En pocas palabras, si mantienes una dieta, lo mejor es comer pedacitos de carne sin grasa en lugar de una dulce fruta.

5. Cambia el conjunto de ejercicios

La batalla milenaria contra la sobrevivencia le enseñó a nuestro organismo una simple cosa: se tienen que economizar los recursos de todas las formas posibles. El cuerpo del ser humano, después de un tiempo, se adapta a la carga, en particular, a los ejercicios en el gimnasio. Por consiguiente, después de unas cuantas semanas, el progreso repetitivo será nulo.

Solo hay una conclusión: una vez cada 1 o 1,5 meses, es necesario cambiar el programa deportivo. Existen muchas variantes: cambiar del yoga al pilates, del pilates al step aerobic, realizar nuevos ejercicios que trabajen los distintos grupos de los músculos, o cambiar el peso de las mancuernas.

6. Permítete comer alimentos deliciosos

La capacidad de hacer frente al deseo de comer requiere de un correcto funcionamiento en el esquema neuronal. Sin embargo, si una persona por un largo tiempo se mantiene en dieta, su cerebro aumentará el deseo por la comida: por lo que nos parece que el chocolate o las galletas nos dan más felicidad de lo que realmente es.

Precisamente por eso, los nutriólogos insisten en incluir pequeñas (y esta es la palabra clave) porciones de productos “prohibidos”. Mimándote a ti mismo de vez en cuando, previenes las frustraciones en masa por las cuales parece que la dieta no funciona.

7. Realiza nuevos cálculos de la ingesta calórica

La cantidad de calorías que son necesarias para mantener o perder peso no solo dependen de la carga física, sino de la masa de la persona. Si una persona corpulenta consume al día 2000 kilocalorías, ésta adelgazará, y si a la misma cifra la adopta una jovencita delgada, entonces ella engordará.

No olvides que, después de cada 5 kilogramos perdidos, es necesario hacer un nuevo cálculo de la ingesta diaria necesaria: esto es necesario para continuar adelgazando.

8. Supervisa tu ritmo de sueño

Como desde hace mucho tiempo explicaron los científicos, un mal sueño y la pérdida de peso son incompatibles. Las razones biológicas de tal argumento son demasiadas, pero en general, se puede decir lo siguiente: la falta de sueño genera estrés, el cual conlleva al aumento de la sensación de hambre, precisamente modificando el nivel hormonal y el metabolismo en general. Por eso, es importante no sacrificar el sueño a cambio de los entrenamientos, y crear condiciones para un sueño completo.

9. Cuenta las calorías

Científicos han demostrado que adelgazar sin una supervisión externa, al paso de unas cuantas semanas de dieta, las personas dejan de controlar cuidadosamente la calidad y cantidad de comida en su ración. Desde luego, esto ha dado lugar a un alto en el proceso de la eliminación de los kilogramos de más, aunque los sujetos de prueba consideraban que ellos comían de la misma manera que antes.

10. Toma en cuenta las características del organismo

No es ningún secreto que, antes de comenzar el ciclo menstrual, en el organismo de las mujeres se acumula agua, ya que, al tener un desmesurado consumo de líquidos (principalmente durante la noche), se consumen alimentos salados, alcohol e incluso productos lácteos. La reacción de cada organismo a uno u otro producto es muy individual y esto se tiene que tener en cuenta. No olvides analizar tu dieta y la influencia de la nueva comida en el peso.

Por ejemplo, el autor de este artículo tuvo un estancamiento al adelgazar solamente debido al consumo desmesurado de tomates. Aunque sean verduras y como tal no tengan calorías en exceso, por alguna razón han contribuido a la retención de líquidos en el organismo.

Después de excluir de tu dieta uno u otro producto, el edema desaparecerá dentro de 1-2 días, sin embargo, un par de kilogramos extra en la báscula lleva al pánico y frustración de cada mujer que mantiene una dieta. Olvídate de las básculas y utiliza la cinta para medir, ya que fácilmente demostrará tu progreso y te cuidará de una porción consoladora de galletas.

¿Te has enfrentado al efecto meseta al adelgazar? ¿Has conseguido vencerlo?

Imagen de portada Depositphotos

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