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Los cubos de caldo comerciales son una solución rápida y económica para dar sabor a nuestras comidas. Sin embargo, detrás de su conveniencia, se esconden ingredientes que pueden afectar nuestra salud a largo plazo. Por ello, acompáñanos a descubrir por qué deberíamos reconsiderar su uso y cómo las alternativas caseras pueden ser una opción más saludable.
El sodio es uno de los principales ingredientes de los cubos de caldo comerciales. Por ejemplo, un solo cubo de caldo puede contener entre 800 y 1000 miligramos de sodio, lo que representa una porción significativa de la ingesta diaria recomendada. El consumo excesivo de sodio está relacionado con el aumento de la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, puede causar retención de agua, hinchazón y problemas renales.
El glutamato monosódico (GMS) es un potenciador del sabor comúnmente utilizado en estos productos y en otros alimentos industrializados, como las sopas y fideos instantáneos. Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) lo considera seguro, algunas personas pueden experimentar reacciones adversas al consumirlo en grandes cantidades. Además, el MSG puede enmascarar sabores naturales, llevando a una menor apreciación de los ingredientes frescos y naturales.
Muchos cubos de caldo contienen grasas vegetales hidrogenadas, también conocidas como grasas trans. Este aceite parcialmente hidrogenado es económico y existen menos posibilidades de que se eche a perder, por lo que los alimentos elaborados con él (principalmente procesados) tienen una mayor vida útil. Estas grasas aumentan el colesterol LDL (“malo”) y disminuyen el HDL (“bueno”), elevando el riesgo de enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2.
A pesar de su nombre, los cubos de caldo comerciales contienen una cantidad mínima de ingredientes naturales. Por ejemplo, en el caldo de verduras, las hortalizas y verduras pueden representar menos del contenido total, lo que hace que el producto final dependa en gran medida de aditivos y conservantes.
Una alternativa saludable y sabrosa es preparar tus propios cubos de caldo en casa. En pocos pasos, puedes crear un caldo casero que no solo es más nutritivo, sino que también tiene una vida útil de hasta seis meses si se congela.
Este caldo de verduras es naturalmente sin gluten, vegano y no contiene espesantes, conservantes ni glutamato monosódico. Además, te permite usar verduras que necesites aprovechar, lo que evita el desperdicio y te ayuda a ahorrar dinero.
Ingredientes:
Usa aproximadamente 1,5 kg de las verduras que prefieras. Esta receta contiene las siguientes:
Los cubos de caldo comerciales presentan varios inconvenientes para nuestra salud debido a su alto contenido de sodio, grasas trans y aditivos. Optar por alternativas caseras no solo mejora el sabor de nuestras comidas, sino que también nos permite controlar los ingredientes que consumimos. Y tú, ¿sacrificarías un poco de tiempo por tu bienestar? ¿Qué otras alternativas saludables has considerado para enriquecer tus platos?