5 Señales de que te estás autosaboteando y qué hacer para evitarlo

Psicología
hace 4 horas

Cada vez que comienza el año, te propones ir al gimnasio, y lo haces... pero después de dos semanas dejas de ir. Te ofrecen una oportunidad laboral que podría cambiar tu vida, pero la dejas pasar porque te convences de que sería tirar por la borda todos los años dedicados a tu trabajo actual. Aunque no lo creas, todas estas son excusas que usas para no salir de tu zona de confort. Porque muchas veces —por no decir la mayoría— lo único que se interpone entre tus sueños y la realidad eres tú. Si te paralizas ante los cambios, si te han dicho que le temes al éxito o si renuncias a oportunidades valiosas por miedo, es posible que estés cayendo en las trampas del autosabotaje.

¿Estás jugando a tu favor?

El autosabotaje es cuando, sin darte cuenta —o a veces con plena conciencia—, haces o dejas de hacer cosas que te alejan de tus propias metas. Es tomar decisiones que parecen pequeñas, pero que terminan saboteando tus sueños a largo plazo. Es procrastinar justo cuando necesitas avanzar, comer por ansiedad cuando estás tratando de cuidarte, quedarte en una relación que sabes que te hace daño, o incluso refugiarte en sustancias o hábitos que solo te desgastan.

Pero esas piedras que ponemos en nuestro camino no son porque queramos fallar, sino porque en el fondo, algo nos hace sentir que no merecemos triunfar, que no estamos listos, o que no somos suficientes. Y es que el autosabotaje puede extender sus raíces a todas las áreas de tu vida: tus relaciones, tu carrera, tu bienestar emocional.

Lo bueno es que se puede romper ese patrón. Se puede volver a conectar con tus metas, tus valores y tu poder interior y en este artículo te revelamos 5 señales de cómo puedes estar autosaboteándote ahora mismo y cómo dejar de hacerlo. ¿Listas para romper el ciclo?

1. Sobrepiensas

Todos hemos sobrepensado en algún momento, pero si al hacerlo sientes un estrés difícil de manejar, ansiedad, incapacidad para concentrarte en otra cosa o una oleada de pensamientos negativos, es hora de encender las alarmas: podrías estar atrapado en un bucle de autosabotaje. Pasarte horas analizando todas las posibilidades, buscando el escenario perfecto o cuestionando cada decisión que tomas no te acerca a una solución, te paraliza.

El tiempo y la energía que podrías usar para actuar se desperdician imaginando todo lo que podría salir mal, en lugar de enfocarte en lo que sí puedes hacer. Así, sin darte cuenta, dejas pasar oportunidades, aplazas decisiones importantes y te enredas en un ciclo agotador de dudas e inseguridad. Y aunque sientas que estás haciendo lo correcto al revisar cada ángulo del problema, en realidad estás evitando actuar, lo que convierte al sobrepensamiento en una forma silenciosa —y muy efectiva— de autosabotaje.

2. Caes en la procrastinación

Ya vimos que el autosabotaje es, básicamente, jugar en tu contra cuando se trata de alcanzar tus metas. Y uno de los vehículos más comunes para alejarte de eso que tanto quieres lograr es la procrastinación. Seguramente ya has escuchado hablar de ella en redes sociales, pero ¿de qué se trata realmente?

Comencemos por aclarar que es mucho más que simplemente posponer una tarea. La procrastinación suele estar cargada de miedo al fracaso, aburrimiento, ansiedad o inseguridad. En lugar de enfrentar esas emociones incómodas, tu mente busca una salida rápida para sentirte mejor, aunque sea por un momento.

El problema es que ese alivio es temporal, pero las consecuencias —que recaen sobre tu "yo del futuro"— pueden ser mucho más duraderas. Y como este ciclo se repite una y otra vez, termina afectando tu productividad, tu salud mental, tus relaciones y hasta tu autoestima. En vez de avanzar, te quedas estancado. ¿Te ha pasado?

3. Te gusta tener control sobre TODO

Querer tener todo bajo control puede parecer una estrategia para evitar errores o imprevistos, pero en realidad es otra forma de autosabotaje. Cuando intentas anticiparte a cada situación, controlar cada detalle y evitar cualquier escenario incierto, lo que haces es limitarte. Te alejas de experiencias nuevas, de desafíos que podrían ayudarte a crecer y de oportunidades que solo aparecen cuando te permites soltar un poco el control.

Esta necesidad constante de perfección genera ansiedad y te mantiene en un estado de alerta permanente, agotador y poco productivo. En vez de impulsarte hacia tus metas, el deseo de control absoluto te sabotea con exigencias imposibles, frustración constante y miedo al cambio. ¿Te suena familiar?

4. Todo o nada

Ser indulgente contigo mismo puede parecer una forma de autocuidado, pero cuando se convierte en un patrón sin límites, termina siendo autosabotaje. Un día de descanso se transforma en semanas sin avanzar, una pequeña distracción se convierte en una excusa para abandonar tu meta. Así, refuerzas la creencia de que no tienes disciplina ni control, y terminas atrapado en un ciclo de excesos y desmotivación que te aleja de lo que realmente quieres lograr.

Por otro lado, ser excesivamente autocrítico también es una trampa. Si constantemente te estás juzgando, enfocándote solo en tus errores y minimizando tus logros, desgastas tu autoestima y pierdes la motivación para seguir creciendo. Esta actitud te convence de que no eres lo suficientemente bueno, y por miedo a fallar o ser rechazado, dejas de intentarlo. En vez de impulsarte a mejorar, esa voz interna dura y exigente te paraliza, convirtiéndose en otra forma silenciosa de autosabotaje.

5. Eres perfeccionista (tal vez demasiado)

Te esfuerzas, trabajas duro y te niegas a entregar algo “a medias”. Suena todo muy positivo, pero cuando postergas tareas porque “aún no están listas”, evitas tomar decisiones por miedo a equivocarte, y te exiges tanto que terminas agotado, frustrado o simplemente paralizado, estás usando tu perfeccionismo como herramienta para autosabotearte. ¿Por qué? Porque no se trata solo de querer hacer las cosas bien, sino de tenerle miedo al error, al juicio y a la imperfección.

Fíjate si en lugar de celebrar tus logros, te enfocas en lo que faltó, o si evitas nuevas experiencias por temor a no ser excelente desde el inicio. La doctora Brené Brown explica en su libro que el perfeccionismo no es lo mismo que tener metas saludables. Es, en el fondo, una estrategia para evitar el dolor del juicio y la vergüenza. Pero esa estrategia no te protege: te aísla, te agota y te hace sentir insuficiente, aunque estés dando tu máximo. Para crecer, a veces hay que aceptar que lo hecho con intención, aunque no sea perfecto, vale más que lo nunca hecho por miedo a fallar.

Cómo romper el ciclo en 7 pasos

  • Reconoce el patrón: El primer paso es aceptar que estás cayendo en el autosabotaje. Observa si tus acciones contradicen tus metas o valores. ¿Te estás deteniendo justo antes de avanzar? ¿Te sientes incómoda cuando estás a punto de tener éxito?
  • Identifica tus momentos de incomodidad: ¿Sientes ansiedad cuando algo te va bien? Eso puede ser miedo al éxito o al cambio. Pregúntate si estás evitando avanzar por temor a salir de lo que conoces, aunque no sea lo que deseas.
  • Detén la procrastinación consciente: Deja de justificar los retrasos. Si siempre postergas lo que te importa, usa estrategias de autorregulación y divide tareas grandes en pequeñas. Toma acción inmediata, aunque sea mínima.
  • Cambia el enfoque del todo o nada: No necesitas hacerlo todo perfecto a la primera. Si fallas un día, no has perdido el progreso, así que vuelve a intentarlo. Los pequeños pasos constantes son más sostenibles que los grandes impulsos que se abandonan.
  • Reduce la sobrecarga mental: El autosabotaje consume energía. La ciencia demostró que incluso personas en sus momentos de mayor rendimiento se sabotean. Redirige esa energía a avanzar, no a frenarte.
  • Reprograma tus creencias: Cambia frases como “no soy capaz” por “estoy aprendiendo a hacerlo mejor”. Repetir pensamientos más amables y realistas te entrena para responder de forma distinta cuando el miedo o la duda aparezcan.
  • Celebra tus avances, por pequeños que sean: El reconocimiento diario de tus esfuerzos crea motivación y refuerza tu identidad como alguien que progresa. No esperes el gran logro para celebrar. Cada paso cuenta y merece ser valorado.

Como puedes ver, el autosabotaje tiene muchas máscaras, y todas se alimentan de una baja autoestima y de una percepción pobre del valor personal. La buena noticia es que romper el ciclo es posible, el objetivo es creer en ti. Requiere valentía para mirar dentro de uno mismo, paciencia para cambiar hábitos arraigados y compasión para creer en ti y avanzar, incluso cuando el camino se sienta incierto.

Si te identificaste con estos comportamientos o sentiste que algo de lo que leíste resonó contigo, no dudes en consultar a un profesional. Un terapeuta o consejero puede ayudarte a descubrir las raíces de tu autosabotaje, trabajar con tus miedos y construir nuevas formas de pensar y actuar que realmente te acerquen a tus sueños. No te conformes con sobrevivir cuando puedes aprender a vivir plenamente. Tu bienestar merece ser una prioridad.

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas