7 Razones peligrosas por las que nunca deberías aguantarte las ganas de orinar

Salud
hace 17 horas

Aguantarse las ganas de orinar puede parecer algo sin importancia, pero es un hábito arriesgado. Ignorar las ganas de orinar puede provocar una acumulación de bacterias que, con el tiempo, puede desembocar en dolorosas infecciones urinarias o incluso en una sobrecarga renal. Tu cuerpo tiene un ritmo natural por una razón: ignorarlo puede alterar tu salud de un modo que no esperas. Así que la próxima vez que te llame la naturaleza, no hagas una pausa. Tu vejiga te lo agradecerá.

1. Los médicos dicen que no pasa nada por orinar en la ducha


Orinar en la ducha puede que no sea tan asqueroso como parece; de hecho, tiene algunas ventajas sorprendentes. En primer lugar, es ecológico: al hacer tus necesidades mientras te duchas, ahorras agua, ya que no tiras de la cadena. En segundo lugar, es práctico: no tienes que preocuparte de ir corriendo al baño después de meterte en la ducha. Orinar en la ducha también puede ser beneficioso para la salud del suelo pélvico: la posición de estar de pie y orinar puede activar estos músculos, ayudando a mejorar su fuerza.

2. Puede debilitar los músculos de la vejiga

Aunque aguantarse las ganas de orinar de vez en cuando puede parecer inofensivo, hacerlo con regularidad puede tener algunas consecuencias no deseadas. Retener la orina durante mucho tiempo presiona la vejiga y los músculos del suelo pélvico. Con el tiempo, puede provocar incontinencia y dificultades para vaciar la vejiga.

3. Puede desencadenar infecciones urinarias

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Vaciar la vejiga ayuda a las bacterias presentes de forma natural en el tracto urinario a salir del organismo. Pero cuando retenemos la orina, las bacterias empiezan a acumularse y multiplicarse, lo que a la larga puede provocar infecciones.

4. Puede hacer que tu vejiga se estire

Normalmente, cuando la vejiga está llena, se estira y vuelve a su forma original. Pero aguantarse las ganas de orinar con regularidad puede acabar modificando la forma de la vejiga, impidiendo que recupere su forma original.

5. Cálculos renales

La retención de orina puede contribuir a la formación de cálculos renales, sobre todo en personas con antecedentes de cálculos renales o con un alto contenido de minerales en la orina, como ácido úrico u oxalato cálcico. La retención regular de orina puede provocar la cristalización de estos minerales, lo que puede causar la formación de cálculos dolorosos.

6. Limitas la cantidad de agua que bebes

Limitar la ingesta de agua para orinar con menos frecuencia: un truco clásico que mucha gente utiliza, sobre todo cuando está fuera de casa o en situaciones en las que no quiere parar para ir al baño. Pero, aunque pueda parecer una buena solución a corto plazo, tiene algunos inconvenientes graves de los que la gente no siempre se da cuenta.

Por ejemplo, al reducir el consumo de agua para evitar orinar, te estás deshidratando. No beber lo suficiente puede provocar infecciones urinarias. Cuando no bebes lo suficiente, tu cuerpo produce menos orina, lo que significa que no eliminas las bacterias del tracto urinario con la misma eficacia.

7. Te sientas mal en el váter

La posición en la que mantengas tu cuerpo mientras lo aguantas -como sentarte de forma incómoda o intentar “aguantar” en posturas incómodas- puede empeorar las cosas, ya que puede crear tensión en los músculos pélvicos y la vejiga, aumentando el riesgo de pérdidas o dolor. La retención prolongada también puede interferir con el sistema de señales naturales del cuerpo, lo que dificulta reconocer cuándo ha llegado el momento de ir al baño.

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