Todo salió mal en nuestra luna de miel y ahora solo puedo reír (o llorar) al recordarlo

El frenesí de la vida cotidiana hace que en varias ocasiones estemos ocupados en diferentes cosas al mismo tiempo: trabajar, estudiar, tener la casa limpia, hacer ejercicio y, por supuesto, mantener vínculos de calidad. Como tenemos pocas horas disponibles, solemos recurrir al multitasking, es decir, nos ocupamos de diferentes tareas en forma simultánea. Pero, ¿es esta una técnica eficaz? ¿Nos beneficia o nos termina perjudicando?
A continuación, una definición de multitasking, cómo se volvió un modelo a seguir en el ámbito laboral y recomendaciones para cambiar el ritmo de trabajo y poder enfocarnos mejor en nuestras tareas.
En un mundo que avanza cada vez más rápido, la productividad es una cualidad muy valorada tanto en la vida cotidiana como en la laboral. A menudo pensamos que realizar cada vez más tareas en menos tiempo incrementa nuestra productividad, pero los especialistas afirman lo contrario. Contestar mensajes en el teléfono mientras esperamos en el semáforo, chequear nuestro correo electrónico en el medio de una videollamada o realizar dos proyectos laborales en simultáneo resulta en que no prestemos nuestra atención a ninguna de las dos cosas, y que nuestro cerebro a la larga termine perjudicándose.
Según los especialistas, aunque creemos que aprovechamos el tiempo al realizar múltiples tareas a la vez, en realidad tardamos más. Esto se debe al esfuerzo cognitivo del cerebro cuando alterna de una tarea a otra y tiene que refocalizar su atención cada pocos minutos: cambiar nuestro foco impide que automaticemos la tarea. Cuando realizamos una sola tarea, podemos trabajar en “piloto automático”, pero ir cambiándolas hace que tengamos que reajustar la atención, trabajando más lento como resultado y siendo más propensos a cometer errores.
Cuando repartimos nuestra atención en diferentes tareas cometemos errores y tardamos más tiempo en finalizarlas. A largo plazo, esto genera que seamos menos eficientes en nuestro trabajo, por lo que el multitasking se vuelve contraproducente.
Así es que en lugar del multitasking, es mejor concentrarse en una sola tarea a la vez (monotasking). De esta forma puede aumentar el foco de atención y alcanzar un estado de inmersión necesario para dar la mejor versión de nuestro trabajo. Esto resulta en una ventaja significativa en el mundo laboral actual, mayormente fragmentado. Por lo tanto, concentrarnos en una sola cosa al mismo tiempo puede ser garantía de éxito.
Los efectos del multitasking se hacen sentir en las personas que recurren a él como modo de vida. Además de afectar la habilidad cognitiva, algunos pueden sentirse más dispersos, y si de por sí las personas tienen problemas de atención o de memoria, la condición empeora.
Sumado al déficit de atención, el multitasking suelen generar niveles altos de estrés, lo que eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca. También se lo asocia con síntomas de depresión y ansiedad. Si bien los efectos pueden ser temporales, una presión arterial y un estrés elevados de forma crónica pueden tener efectos permanentes en el cerebro, al aumentar el riesgo de enfermedades cerebrovasculares y deterioro cognitivo.
Luego de conocer los efectos del multitasking en nuestro cerebro y nuestra capacidad cognitiva, es natural querer cambiar el hábito por un manejo del tiempo más saludable. Un cambio de ritmo puede ser una decisión personal que nos beneficie a largo plazo.
Lejos de lo que podría pensarse, una técnica para evitar el multitasking y aun así alcanzar nuestros objetivos es hacer menos tareas. Priorizar las demandas más importantes por sobre aquellas que pueden esperar ayuda a crear menos “ruido mental”.
Reconectar con el descanso es esencial. Nuestro cerebro se reconfigura, y por más que no esté resolviendo alguna tarea en forma directa, se mantiene activo y listo para obtener nueva información. Además, es fundamental dejar de trabajar al momento exacto y no exigirnos de más: poder decir “dejo esto para mañana” cuando estamos agotados es también una forma de autocuidado.
Descansar es importante para reducir la posibilidad del burnout, cuyos signos incluyen el estrés, la irritabilidad, baja motivación, agotamiento y el déficit de atención. Seguir trabajando a cualquier costo es agotador y en última instancia afecta la productividad, por lo que es necesario recurrir a otras técnicas para cumplir con nuestros objetivos.
Max Frenzel, investigador en inteligencia artificial y escritor, afirma: “Un trabajo excelente, particularmente del tipo creativo, necesita tanto del descanso y la relajación como del tiempo dedicado activamente al trabajo. Cuando descansamos, nuestro cerebro está ocupado consolidando recuerdos y buscando silenciosamente soluciones a los problemas que enfrentamos”.
Si piensas que el multitasking está afectando tu vida laboral y cotidiana, aquí van algunas estrategias para estructurar mejor tu día y cumplir con tus objetivos, sin la necesidad de realizar varias tareas en simultáneo:
No siempre que realizamos más tareas nos sentimos más exitosos o contentos con nosotros mismos. A veces se puede caer en la trampa de ir “tachando tareas de una lista”, sin detenerse a celebrar el objetivo realizado.
Es por eso que es importante también ser conscientes de nuestros propios parámetros de éxito, y comprometernos a realizar acciones que nos dejen satisfechos con lo que pudimos realizar al final del día. Después de todo, el “éxito” es algo que definimos y vivimos bajo nuestros propios términos
Si bien la vida moderna y el avance tecnológico nos empuja a tener nuestra atención en varios lugares al mismo tiempo, otra forma de vivir nuestra cotidianeidad es posible. Apostar por el autocuidado y el descanso puede ser la clave para alcanzar nuestros objetivos. ¿Qué tareas sueles hacer en simultáneo en tu vida cotidiana? ¿Qué rutinas te ayudan a estructurar tu día?