10 Pruebas de que el trabajo de sobrecargo no es tan romántico como lo muestran en las películas

hace 2 años

Son pocas las chicas que no hayan soñado con trabajar como sobrecargo. El cielo, los vuelos, los viajes y, por supuesto, los valientes pilotos: todo parece tan romántico. Y las imágenes de las azafatas en las pantallas de cine solo lo confirman. Sin embargo, en la realidad, el trabajo y la vida de las asistentes de vuelo son más prosaicos de lo que estamos acostumbrados a ver en las películas.

En Genial.guru hemos descubierto cómo es realmente trabajar en la altura. Creemos que ha llegado el momento de derribar los mitos cinematográficos sobre las sobrecargos. Y en el bono, contaremos historias de la vida real de las asistentes de vuelo que han tenido que lidiar con la extrañeza de los pasajeros.

Mito 1: Las sobrecargos se seleccionan en función de su altura y su figura

Hace tiempo esto era cierto: las azafatas se seleccionaban estrictamente por su peso y su estatura. Incluso en las películas, es más probable que veamos a sobrecargos con figuras como las de las modelos. Por supuesto, hoy en día también existen ciertos requisitos, pero no son tan categóricos.

La condición principal es que la sobrecargo pueda alcanzar el compartimento de equipaje y que su peso sea proporcional a su altura. En general, la figura de una azafata debe ser armoniosa, y las chicas pueden tener sobrepeso. Lo principal es que no interfiera con el movimiento en la cabina y que, en caso de necesidad, sea posible abandonar el avión por la salida de emergencia.

Mito 2: Solo las chicas con una apariencia perfecta pueden trabajar en los aviones

En las películas, las sobrecargos son siempre bellezas con aspecto angelical. Piensa en Margot Robbie como una de ellas. Una piel tersa y una sonrisa hollywoodense blanca como la nieve son las cartas de presentación de estas heroínas. Y parece que en la vida real, en un avión solo pueden trabajar “chicas de portada”.

Pero no siempre es así. En la mayoría de las empresas, una de las principales condiciones para el empleo es una apariencia agradable, pero no más. También es importante que no tengan piercings faciales ni tatuajes en las zonas expuestas. Esto significa que las chicas con lunares visibles, brákets en los dientes y arrugas pueden perfectamente calificar para un puesto de sobrecargo.

Mito 3: Las azafatas solo llevan uniformes ajustados

Las sobrecargos en las películas suelen llevar una falda lápiz ajustada o un vestido ceñido. Los directores de comedia van un poco más allá y visten a las chicas que trabajan en los aviones con minifaldas y con un escote pronunciado. Pero, en realidad, el código de vestimenta de las azafatas sigue, ante todo, el estilo de los negocios y se destaca por su pulcritud.

Y esto no significa que las sobrecargos tengan que usar siempre faldas y vestidos ajustados. En muchas compañías aéreas, las chicas pueden llevar pantalones y bermudas. Y algunas aerolíneas han suprimido los tacones y han permitido oficialmente los zapatos deportivos.

Mito 4: Todas las sobrecargos son chicas jóvenes

Estamos a punto de romper otro estereotipo cinematográfico, que nos impone las imágenes de las jóvenes azafatas. Lo importante para trabajar en la altura no es la edad de las chicas, sino su salud. Si una candidata para este puesto pasa con éxito el examen médico, puede empezar a trabajar a los 40, 50 o incluso a los 60 años.

Ronwyn Ingraham cumplió su viejo sueño de trabajar como sobrecargo. Tras jubilarse a los 64 años, aceptó un puesto en United Airlines. El mundo también conoce a Bette Nash, de 85 años, la auxiliar de vuelo de mayor edad, que sigue volando en American Airlines.

Mito 5: El trabajo de las aeromozas es ubicar a los pasajeros en sus asientos y servir almuerzos y bebidas

¿Qué saben hacer las azafatas de las películas? Parece que solo pueden indicar a los pasajeros dónde sentarse, servir el almuerzo y, de vez en cuando, chismear y coquetear con los pilotos. Y solo en algunas películas los guionistas le muestran al público la complejidad y el carácter polifacético de la profesión. Al fin y al cabo, se considera que la principal función de una sobrecargo en un avión es garantizar la seguridad del vuelo.

Para que los empleados puedan reaccionar adecuadamente en una situación de estrés, se los forma de muchas maneras. Por ello, las aeromozas deben tener una buena formación psicológica, ser capaces de prestar primeros auxilios y, en ocasiones, atender un parto si es necesario. Además, deben manejar con facilidad los equipos de emergencia, nadar bien y, en algunas aerolíneas, incluso conocer técnicas de defensa personal. Y esta es solo una pequeña parte de las funciones de las sobrecargos.

Mito 6: Pueden usar pulseras y collares con colgantes

Los directores de cine muestran con audacia a las sobrecargos que llevan una gran variedad de joyas, enormes aretes y collares alrededor del cuello. Sin embargo, en la realidad, solo pueden llevar aretes pequeños con piedras sencillas, pero no más de un par. Las pulseras y los collares no están permitidos en la mayoría de las compañías aéreas.

Algunas de ellas les permiten a sus empleadas llevar pendientes, pero no deben tener un diámetro más grande que el de una moneda.

Mito 7: Usar el cabello suelto es normal

¿Has visto a esas adorables sobrecargos de las películas con un precioso cabello largo? Pero la cuestión es que la mayoría de las compañías aéreas tienen normas estrictas sobre el peinado de las empleadas. Las chicas con un envidiable cabello largo solo pueden llevar un chongo prolijo. El cabello más corto puede recogerse en una coleta. Sin embargo, las mujeres con un corte corto pueden llevar el cabello suelto.

Los sobrecargos masculinos también tienen sus propias reglas. Deben tener el cabello prolijo y corto. Además, los chicos no pueden llevar barba.

Mito 8: Las azafatas pueden ver el mundo

Después de ver películas sobre la vida de las sobrecargos, se puede tener la impresión errónea de que las chicas han viajado a todas las ciudades y a todos los países durante su carrera. Sin embargo, esto no es del todo cierto; depende mucho de las calificaciones que tengan. Las empleadas más experimentadas y valiosas son enviadas a vuelos internacionales, mientras que otras pueden pasar toda su vida trabajando en la misma ruta.
Además, los trabajadores de las aerolíneas no siempre tienen la oportunidad de visitar las atracciones locales en los nuevos países. A veces apenas hay tiempo entre vuelos para dormir, por lo que deben olvidarse de pasear por la ciudad.

Mito 9: Cualquier chica sin estudios ni calificaciones puede ser sobrecargo

En algunas películas, cualquier chica que no haya estudiado en ningún sitio, salvo en la escuela secundaria, puede convertirse en auxiliar de vuelo. Sin embargo, en la vida real no es tan sencillo.

Técnicamente, las que solo tienen el título de bachillerato también pueden solicitar el puesto de sobrecargo. Pero la mayoría de las compañías aéreas siguen sin contratarlas y les dan preferencia a las solicitantes con estudios superiores.

Mito 10: Ser sobrecargo es un trabajo de ensueño

A primera vista, puede parecer que trabajar en el cielo es lo más romántico que se pueda imaginar. Pero en realidad, las azafatas se enfrentan al agotamiento y a la fatiga tanto como en otras profesiones. A ello contribuyen su agitada agenda y las elevadas exigencias en cuanto a su aspecto y a su estilo de vida.

Además, los vuelos frecuentes pueden interferir con nuevos estudios y con la vida familiar. Las asistentes de vuelo que ya tienen hijos se quejan de que rara vez están en casa y que tienen poco contacto con sus seres queridos. Sin embargo, por el hecho de que continúan con sus vuelos, podemos concluir que hay un atractivo romántico en este trabajo que las retiene durante mucho tiempo.

Bono

  • He trabajado en los vuelos de Malaysia Airlines. Durante un vuelo, me di cuenta de que una mujer mayor subía y bajaba la ventanilla todo el tiempo. Estaba confundida, así que le pregunté si todo estaba bien. En ese momento, la mujer dijo: “Cariño, ayúdame a abrir la ventanilla. Me estoy asfixiando, necesito un poco de aire fresco. No sé cómo abrirla”. Al oír esto, los pasajeros sentados a su lado se echaron a reír. Algunos sonrieron con comprensión. El chico de al lado le explicó que la ventanilla del avión no funcionaba como la del autobús. Solo estaba ahí para que se pudiera mirar al exterior. Esa mujer estaba volando en un avión por primera vez en su vida. © Nuralia Mazlan / Quora
  • Un día, durante un vuelo, un chico decidió dormir una siesta y se puso lo que en ese momento me pareció una máscara en la cara. Pero cuando me fijé bien, no podía creer lo que veían mis ojos. Resultó que su nariz y su boca estaban cubiertas con una toalla femenina. © Darla Meston / Quora

¿Te parece emocionante el trabajo de sobrecargo? ¿Qué cosas divertidas relacionadas con los viajes en avión te han sucedido?

Comentarios

Recibir notificaciones

Lecturas relacionadas