10 Hábitos triviales que pueden ser percibidos como faltas de cortesía

Psicología
hace 2 años

Al relacionarnos con otras personas, solemos tener un comportamiento amable y respetuoso que puede impactarlos positivamente. Teniendo en cuenta la regla de oro, es fundamental tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. Sin embargo, hay ocasiones en las que, sin darnos cuenta, podemos llegar a incomodar a quienes nos rodean con nuestras acciones.

Por tal motivo, en Genial.guru recopilamos algunas actitudes cotidianas problemáticas y te recomendamos posibles soluciones para que tus relaciones interpersonales puedan ser más empáticas.

1. Preferir el celular a prestar atención a la persona que se tiene al frente

Ignorar a una persona o nuestro entorno en reuniones sociales mientras se presta más atención al teléfono móvil se conoce como phubbing, que deriva de las palabras en inglés phone (teléfono) y snubbing (desairar). Ahora bien, esta actitud tan común es más perjudicial de lo que pensamos.

La psicóloga de las universidades de Stanford y Yale, Emma Seppälä, indica que cuando una persona hace phubbing, se supone que busca conectar con alguien de forma virtual; sin embargo, irónicamente, hace menos significativas sus interacciones en el momento presente. Seppälä señala, que la mejor forma de lidiar con esto es indicarle amablemente a la otra persona cómo te hace sentir su comportamiento, pues puede que no sea consciente de que su actitud es molesta.

2. Relacionar las historias de los demás contigo mismo

Cuando una persona cercana nos cuenta algún problema o una historia importante, puede que por querer ayudar o por nuestro afán de participar de la conversación, rápidamente empecemos a hablar de nosotros mismos y de cómo superamos o vivimos una situación similar, mejor o peor, acaparando toda la atención de la historia inicial.

Esta tendencia se llama narcisismo conversacional y puede resultar bastante incómodo para el interlocutor. Si te diste cuenta de que a veces tienes este comportamiento, es esencial recordar que una conversación no se trata de competir, sino de compartir equitativamente y saber escuchar de forma empática lo que el otro quiere decir.

3. Dar consejos no solicitados

Probablemente en algún momento de tu vida has dado y recibido consejos no solicitados. Es verdad que un consejo dado a tiempo puede ser muy útil, pero si es dado sin ser pedido puede resultar muy molesto, invasivo e incluso comunicar que la persona que hace las recomendaciones es superior y sabe que es lo mejor para el otro.

Puede que el consejo no requerido se diera con la mejor intención, pero siempre es bueno preguntar primero si la otra persona desea escuchar tu opinión o si solo buscaba desahogarse. Ahora bien, es posible que en un futuro te encuentres en una situación en la que quieras ayudar a alguien sin imponer tus consejos, lo mejor sería validar las emociones de la otra persona, ayudarla a sentir confianza en su propia capacidad de decidir y apoyarla en la decisión que escoja.

4. Olvidar los nombres

Es frecuente que lleguemos a olvidar o cambiar el nombre de las personas que nos rodean. Sin embargo, es esencial recordar cómo se llaman, pues demuestra que nos importan y que valoramos las conversaciones que tenemos con ellas.

Recordar correctamente los nombres es una habilidad que todos podemos adquirir si practicamos usarlos frecuentemente durante una conversación. Como recomendación adicional es primordial respetar el nombre con el que la persona se presentó; si quieres llamarla por un nombre más informal, pregunta cómo prefiere que la llamen en un contexto más amistoso, antes de llamarla de una forma que quizá le moleste.

5. Usar palabras negativas

Las palabras tienen más poder de lo que creemos. Con solo leer una lista de palabras negativas, una persona que tienda a ser muy ansiosa o que tenga depresión puede llegar a sentirse aún peor; y si se dicen, liberan sustancias químicas que generan estrés. En consecuencia, el oyente sentirá más ansiedad y disminuirá su confianza.

Por ende, para tener relaciones más satisfactorias en el ámbito laboral y personal, lo recomendable sería pensar y hablar de forma positiva, ya que esto motiva y aumenta la capacidad para superar dificultades.

6. Olvidar respetar la privacidad en la oficina

Si en tu lugar de trabajo hay cubículos, es muy importante respetar la privacidad de tus compañeros, así no tengan una puerta. Lo recomendable es golpear suavemente en la entrada y preguntar si la persona tiene tiempo para atenderte. Pues a pesar de que tu compañero esté visible, no significa que esté disponible y se le pueda interrumpir en cualquier momento.

7. No hablar de forma educada con todas las personas

Los buenos modales son fundamentales a la hora de comunicarse efectivamente con todas las personas, ya sean amigos, compañeros de trabajo, superiores, subordinados o personas en cargos de servicio.

En todos los ámbitos de la vida, usar un lenguaje cortés es una señal de respeto hacia los demás. Algunas de las frases y palabras que evidencian esta buena educación al hablar son: por favor, gracias, de nada, permítame y disculpe. Adicional a esto, evitar usar groserías y usar un tono de voz agradable harán la diferencia al entablar una conversación.

8. Sobrepasar los límites de una casa ajena al ser invitado

Puede ser la casa de tus tíos, tu pareja o tus amigos de toda la vida, pero si estás como invitado, lo apropiado sería que no actuaras como si fuera tu casa y respetes los límites del hogar de tus seres queridos. Esto quiere decir que no abras la nevera sin pedir permiso, no comas alimentos que no te han ofrecido, no entres a cuartos que tengan la puerta cerrada, no mires en los cajones y, por supuesto, no subas los pies en los muebles.

9. Hacer preguntas indiscretas

Es posible que por genuina curiosidad, alguna vez te hayan hecho alguna de estas preguntas invasivas: ¿estás en una relación?, ¿estás casado?, ¿tienes hijos?, ¿cuánto ganas?, o incluso sin saber que están siendo groseros, ¿cuándo vas a tener hijos?, ¿por qué estás tan callado?, ¿estás embarazada?

Una de estas preguntas puede tomarnos por sorpresa, sea hecha por una persona cercana o incluso por alguien que acabamos de conocer. A continuación, te contamos algunas formas de reaccionar ante esto que pueden ayudarte: estás en todo tu derecho de no compartir partes de tu vida, pero si decides hacerlo, es mejor ser sincero sin dar demasiados detalles, también puedes indicar a tu interlocutor que su pregunta es demasiado personal y que prefieres no contestar y, por último, puedes cambiar el tema y seguir adelante con otra conversación.

10. Avergonzar a alguien por no saber algo o cometer un error

Gran parte de las personas pueden llegar a ser expertas en un área de conocimiento o en una habilidad física. A pesar de esto, tener más experiencia no significa que se pueda humillar a alguien que tiene menos conocimiento o que cometa un error.

De acuerdo con Pshychology Today, avergonzar a alguien es una forma de anular a la persona, hacerla sentir indefensa, rechazada y con ganas de huir. La recomendación es no tomar la situación personal y tener presente que ningún error justifica no ser tratado con respeto. Adicionalmente, en un momento de tranquilidad, si, por ejemplo, fue tu jefe quien te hizo sentir mal frente a tus compañeros, puedes indicarle que agradeces sus correcciones, pero que por favor lo haga en privado.

¿Tienes conocimiento de otro hábito negativo que pasa desapercibido? ¿Conoces más formas positivas de reaccionar ante comportamientos de mala educación?

Imagen de portada George Milton / Pexels

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