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¿Sabías que muchas de las decisiones que toma tu cuerpo —desde cómo duermes hasta cómo reaccionas al estrés— están profundamente influenciadas por el trabajo de tus ovarios?
Durante años, nos hemos referido a ellos como sinónimo de fertilidad y ciclos menstruales. Sin embargo, hoy se sabe que su impacto trasciende lo reproductivo, y que son piezas clave en el equilibrio hormonal, metabólico y emocional de las mujeres a lo largo de toda la vida.
No importa en qué etapa de la vida te encuentres, tus ovarios son mucho más que fábricas de óvulos, y existen hábitos que pueden ayudarte a cuidar de su funcionamiento a largo plazo. ¡Sigue leyendo para descubrir cuáles son!
Durante mucho tiempo, la cultura popular y la medicina tradicional consideraron a los ovarios como órganos reproductivos únicamente vinculados a la menstruación, el embarazo y la menopausia. Sin embargo, esta visión ha comenzado a cambiar gracias a los avances científicos que revelan su papel fundamental en la salud integral de las mujeres.
Estos descubrieron que solo entre 400 y 500 folículos liberan un óvulo durante la vida de una mujer. Miles de otros mueren, pero antes de hacerlo, las células que los rodean producen hormonas que cumplen muchas otras funciones, además de regular el ciclo menstrual.
Al viajar por el torrente sanguíneo hacia el cerebro, los huesos, los vasos sanguíneos, las mamas y otros órganos con receptores, las hormonas influyen en la salud ósea y cardiovascular, el metabolismo y el bienestar general.
Imagina a los ovarios como un almacén lleno de pequeños sacos llamados folículos. Cada uno de ellos contiene un óvulo inmaduro (que podría liberarse en la ovulación) y células especializadas que producen hormonas.
Una de las principales es el estrógeno, que es esencial para la salud ósea, cerebral y metabólica, así como para la prevención de enfermedades como artritis reumatoidea, demencia, condiciones cardiovasculares y diabetes.
El cerebro es el que da la orden, el hipotálamo envía señales a la hipófisis, que libera dos hormonas: la FSH y la LH. Estas actúan como mensajeras y viajan hasta los ovarios. Allí, la FSH estimula el desarrollo de los folículos y hace que sus células produzcan estrógenos.
Por su parte, la LH desencadena la ovulación y, después de ese proceso, estimula la producción de progesterona en el cuerpo lúteo (estructura temporal que se forma en el ovario después de la ovulación).
¿Qué pasa si falla algo en este proceso? Si tus ovarios no fabrican la cantidad necesaria de hormonas, es probable que experimentes síntomas como sofocos, ciclos irregulares o SOP (Síndrome de Ovario Poliquístico), que causa (entre otras afecciones) acné y exceso de vello.
A medida que envejeces, los ovarios pasan por cambios naturales que afectan tu fertilidad y tu salud en general. En primer lugar, se agota la reserva de óvulos. Cuando naces, lo haces con todos los óvulos que vas a tener en la vida —entre 1 y 2 millones—, pero estos no se regeneran.
Cada mes se produce una disminución en la cantidad total de óvulos. Cuando una niña entra en la pubertad, por ejemplo, solo cuenta con el 25 % del total de óvulos que tendrá en su vida, aproximadamente —alrededor de 300.000. Durante los siguientes 30-40 años, toda esa reserva se irá agotando.
Los óvulos, además, acumulan daños en su ADN mitocondrial (las estructuras celulares encargadas de producir energía), lo que afecta su capacidad y reduce su funcionalidad. También existe el estrés oxidativo, que acelera el envejecimiento celular porque los ovarios son muy sensibles a los radicales libres (moléculas inestables que genera el cuerpo).
Con el paso de los años, tus ovarios producen menos estrógenos y progesterona, lo que afecta a todo el cuerpo, desde el cerebro hasta la piel. Esta reducción hormonal aumenta el riesgo de enfermedades como osteoporosis, diabetes y problemas cardiovasculares.
Los síntomas más comunes que puedes experimentar son sofocos, sequedad vaginal, incontinencia, problemas para dormir, cambios de humor, alteraciones en la libido, y dolor en los músculos y articulaciones.
La reducción de la producción hormonal también impacta en el metabolismo. Por ejemplo, la ausencia de estrógenos favorece la acumulación de grasa abdominal, lo que aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer.
Además, las hormonas que se producen en tus ovarios interactúan con neurotransmisores como la serotonina. Por eso, a medida que envejecen, muchas mujeres sienten más ansiedad, tristeza o cambios de humor.
¡Pero no te alarmes! Hay hábitos que puedes incorporar desde hoy para cuidar de tus ovarios y tu salud general a largo plazo. ¡Sigue leyendo!
Durante años, se creyó que la menopausia era un proceso inevitable que no podía modificarse. Sin embargo, la ciencia actual está explorando nuevas terapias para preservar la fertilidad por más tiempo y reducir los efectos de la pérdida hormonal en la salud general de las mujeres.
Algunas de estas investigaciones aún están en etapa experimental, pero los resultados son prometedores:
El estudio de la Universidad de Columbia “Validando los Beneficios de la Rapamicina para el Tratamiento del Envejecimiento Reproductivo” explora el impacto del inmunosupresor de la rapamicina en el envejecimiento ovárico.
Los primeros resultados del estudio sugieren que el medicamento podría reducir el envejecimiento ovárico en un 20 %. Mientras que una mujer suele perder alrededor de 50 óvulos por mes, las dosis semanales pueden ralentizar ese ritmo y lograr que los ovarios liberen solo unos 15 óvulos mensuales.
Además, las participantes del estudio han reportado mejoras en su salud general, memoria, cabello y uñas, hallazgos que coinciden con otros estudios sobre la rapamicina. Al disminuir la cantidad de óvulos maduros, los científicos del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia esperan que este medicamento ayude a retrasar la menopausia.
Científicos de Estados Unidos desarrollaron un método para determinar cuándo ocurrirá la última menstruación mediante la medición de los niveles en sangre de la hormona antimülleriana (AMH). De hecho, señalaron que la prueba es lo suficientemente sensible como para detectar niveles muy bajos de AMH que se presentan en el año o los dos años previos a la menopausia.
Según los investigadores, la AMH puede servir como un indicador de cuántos óvulos le quedan a una mujer. El estudio, cuyos resultados ya fueron publicados, concluyó que la predicción de la edad de la menopausia podría mejorar mediante múltiples mediciones de AMH; y que esto sería útil para identificar a las mujeres con riesgo de menopausia temprana.
Con la edad, los ovarios acumulan colágeno y pierden flexibilidad. Esto se llama fibrosis y afecta su funcionamiento. Un ensayo clínico reciente concluyó que la Pirfenidona (fármaco utilizado para el tratamiento de la fibrosis pulmonar) logró modificar genes relacionados con la inflamación y la fibrosis en los ovarios, y que podría utilizarse en el futuro para protegerlos del envejecimiento.
Si bien son muchos los factores que pueden influir en la llegada de la menopausia —edad en la que tu madre la experimentó, edad de tu primera menstruación, índice de masa corporal, cantidad de embarazos, entre otros— la salud hormonal no está escrita en tus genes. ¡Tú puedes influir activamente en ella con las decisiones que tomas cada día!
A continuación, conocerás lo que los especialistas recomiendan para proteger tus hormonas y cuidar de tus ovarios a lo largo del tiempo:
Entender cómo funcionan tus ovarios es también es preocuparte por tu salud general. No son solo órganos reproductivos, son una brújula interna que influye en tu energía, tus emociones y tu bienestar. ¡Aprende a escucharlos y sabrás cómo cuidarte mejor!
¿Qué descubriste hoy que no sabías? Cuéntanos en los comentarios o comparte este contenido con alguien que también merezca conocer más sobre su salud hormonal.
Este contenido tiene fines informativos y no reemplaza el asesoramiento médico. Ante cualquier síntoma o antes de hacer cambios en tu alimentación, rutina o salud hormonal, consulta siempre con un profesional de la salud de confianza.