15 Reveladoras secuelas del viaje espacial que podrían parecer fuera de este mundo

Curiosidades
hace 6 horas

El turismo espacial y los planes para llegar a Marte están tomando cada vez más titulares y aunque todo parece prometedor, lo cierto es que no todo es tan sencillo. El espacio, tan inmenso y bello como luce, es hogar de un sinnúmero de fenómenos y, mientras la ciencia resuelve algunos asuntos, otros problemas empiezan a surgir en el cuerpo de los astronautas. Acompaña a Genial a conocer los misteriosos efectos de las aventuras espaciales y descubramos juntos qué nos espera más allá de nuestro planeta.

El espacio: un ambiente con nuevas reglas

A primera vista, nos parece que el espacio solo es diferente en dos cosas: la gravedad y la iluminación. Sin embargo, hay muchas otras condiciones que hacen de este ambiente uno muy alejado de nuestro cómodo y cálido planeta Tierra. Por un lado, las temperaturas alcanzan −270 °C, la cantidad de moléculas de hidrógeno es mucho menor al de la Tierra y la baja densidad del ambiente permite que la energía electromagnética viaje libremente.

Cuando estamos dentro de nuestro planeta, estamos protegidos por un campo magnético y la atmósfera, lo que mantiene a muchas de las condiciones del espacio lejos de nuestros apacibles hogares. Una vez decidimos dejar la Tierra, nos enfrentamos a esas nuevas reglas del espacio exterior y, cuando volvemos, nuestros cuerpos ya han olvidado cómo vivir en su planeta natal, por lo que otro proceso de adaptación toma lugar.

¿Cómo afecta al cuerpo humano?

Un nuevo ambiente viene con nuevos retos y no solo físicos, también mentales. La NASA lleva 50 años investigando los efectos del espacio en el cuerpo humano y sus descubrimientos han ayudado a mejorar la tecnología del viaje espacial. Experimentos como el estudio de gemelos ya han arrojado las primeras pruebas con relación al efecto del espacio en el cuerpo humano y, en general, después de tantas investigaciones, la NASA suele identificar cinco retos a superar: la radiación espacial, el aislamiento y confinamiento de los pasajeros, el distanciamiento de la Tierra, los campos gravitacionales y los ambientes hostiles.

Estos retos tienen efectos directos sobre la salud de los astronautas y pueden provocar las siguientes situaciones o síntomas:

1. Efectos en la presión arterial

No importa si se trata de un viaje a otro planeta o una temporada en la estación espacial, la gravedad afecta de maneras inimaginables. Por ejemplo, el hecho de pasar a diferentes gravedades al aterrizar en un planeta puede provocar una especie de intolerancia ortostática, una afección en la que el cuerpo humano tendrá dificultades para mantener la presión arterial mientras está de pie, provocando mareos o desmayos.

2. Piel más sensible

El astronauta que participó en el estudio de gemelos, Scott Kelly, pasó alrededor de 340 días en el espacio. Cuando regresó a la Tierra, los investigadores descubrieron que la piel de Kelly presentaba mayor sensibilidad y algunas erupciones cutáneas, las mismas que desaparecieron después de seis días. Una posible explicación podría encontrarse en el hecho de que la piel no recibe suficiente estimulación cutánea durante su estadía en el espacio.

3. Exposición a la radiación

Una vez dejamos el planeta Tierra, la capa que suele protegernos desaparece y algunas situaciones peligrosas comienzan a surgir. En medio de ese lugar oscuro, la radiación puede alcanzar niveles peligrosos debido a algunas partículas que provienen del sol o los rayos cósmicos que viajan por la galaxia. Además, es difícil protegerse de algunas partículas de radiación, lo que expone a los astronautas a una serie de graves enfermedades.

4. Efectos en la visión

Flotar alrededor de la nave puede parecer divertido, pero debes recordar que si tú flotas, muchos de los fluidos dentro de tu cuerpo también lo hacen. De hecho, cuando estás en el espacio, muchos de esos fluidos llegan a la cabeza, lo que aumenta la presión ocular y empeora la visión. Además, la estructura del ojo podría cambiar debido a este efecto, y los registros muestran que la visión de algunos astronautas solo volvió a la normalidad después de un año o nunca.

5. Alteraciones en el sistema inmunológico

El pequeño ecosistema de una nave espacial es delicado y los microorganismos que viven ahí se ven afectados por las nuevas condiciones que el espacio impone. Dentro del cuerpo humano también hay microorganismos, los que se transmiten con más facilidad de humano a humano, ya que el lugar es cerrado. En consecuencia, la hormona del estrés se eleva y el sistema inmunológico se altera, lo que hace que el cuerpo humano sea más susceptible a alergias o enfermedades. Como dato adicional, también se ha registrado que, mientras se está en el espacio, el número de glóbulos blancos disminuye.

6. Alteraciones cognitivas

La labor de un astronauta puede ser muy dura y estresante. El hecho de estar confinados a un espacio muy pequeño, adaptarse a un nuevo horario nocturno y diurno, convivir con la tripulación de cerca o incluso el aburrimiento podría provocar altos niveles de estrés y afectar las funciones cognitivas. Además, también incrementa el riesgo de desarrollar alguna afección psiquiátrica.

7. Pérdida acelerada de la masa muscular

Como el cuerpo flota alrededor de la estación espacial y desplazarse ya no requiere del uso de todos los músculos, entonces se empieza a perder fuerza, resistencia y mucha masa muscular. Es ahí cuando los problemas comienzan a surgir, ya que esos músculos que no usas podrían atrofiarse. Por ello, para un astronauta que regresa a la Tierra, la sola acción de caminar se vuelve una tarea titánica. No obstante, la NASA tiene una solución algo sencilla: los tripulantes deben seguir un régimen de ejercicios muy estricto.

8. Problemas gastrointestinales

Pero, como dijimos antes, la gravedad no solo afecta las cosas del exterior: el interior del cuerpo también sufre este cambio en el ambiente. Cuando se está en la Tierra, la gravedad ayuda a que los alimentos digeridos sigan su camino. Como la gravedad es menor en el espacio, entonces el movimiento de la comida se complica y afecta al sistema intestinal.

9. Alteraciones en la función motora

Además de la pérdida de masa muscular, el deterioro de la función motora también es otra consecuencia de vivir en otra gravedad. Como el cuerpo humano permanece flotando, entonces habilidades básicas como mantener el balance, coordinar los movimientos o el sentido de la orientación se pierden debido a las nuevas reglas del ambiente.

10. Afecciones neurológicas

Como problema adicional al efecto que mencionamos antes, tenemos a las afecciones neurológicas. Nuestro cerebro está especialmente adaptado para vivir en la Tierra y lidiar con sus condiciones. Una red de circuitos neuronales te permite mantener el balance, tener una visión estable y comprender dónde te encuentras localizado y a qué dirección moverte. Todas estas habilidades se obtienen gracias a la recolección de datos a través de sentidos como la vista y el oído, y a las funciones motoras. En otra gravedad, la información simplemente es demasiado distinta a lo que el cerebro espera y algunas cosas parecen contradictorias. La consecuencia es una extraña sensación de desorientación.

11. Alteraciones genéticas

Al revisar la expresión genética de algunos astronautas, es decir, el mecanismo que el cuerpo emplea para leer el ADN y producir proteínas en las células, se encontraron alteraciones en al menos 18 proteínas relacionadas con el sistema inmunológico, el crecimiento muscular y el envejecimiento. Adicionalmente, algunas proteínas del proceso inflamatorio o la coagulación también se vieron afectadas, aunque los resultados varían en hombres y mujeres.

12. Pérdida de densidad en los huesos

Ahora que la gravedad se ha encargado de que el cuerpo no sienta ni su propio peso, los huesos destinados a sostenerlo comienzan a perder densidad. La NASA estima que aquellos huesos pierden entre 1 a 1,5 % de su densidad mineral, por lo que los astronautas deben seguir un proceso de rehabilitación al regresar. De otro modo, podrían exponerse a una fractura.

13. Cálculos renales

Este efecto está relacionado con la pérdida de densidad en los huesos y con cierto problema de deshidratación que surge con el movimiento libre de fluidos. Como tus huesos ahora liberan más calcio, el mineral se suma a los residuos que usualmente sueles liberar en la orina. En consecuencia, la posibilidad de desarrollar cálculos en los riñones aumenta considerablemente.

14. Pérdida del gusto

Algunos astronautas han reportado que el sentido del gusto se ha visto afectado por su viaje al espacio. Básicamente, perciben que la comida ha perdido todo sabor o que sus platillos favoritos ya no saben bien. Otros reportan haber adquirido preferencia por alimentos que normalmente no comerían. La ciencia aún no se explica este fenómeno, pero consumir alimentos con sabores fuertes parece ayudar a superarlo.

15. Aumento de la estatura

Algo que muchos considerarían bueno viene del cambio de gravedad. Como los huesos se han extendido por completo al no estar bajo la gravedad de la Tierra, entonces la estatura del cuerpo humano aumenta al menos 2,5 cm.

No cabe duda de que viajar al espacio es una tarea de titanes. Sin embargo, el deseo de conocer lo que hay más allá de la Tierra empuja a muchos a soportar estas condiciones extremas. Seguramente la ciencia descubrirá una forma de solucionar todos estos detalles, y posiblemente un día el viaje al espacio sea tan sencillo como tomar el bus. ¿Cuál crees que es el efecto más insólito en esta lista? ¿Te animarías a viajar a pesar de todos estos efectos? Deja tu comentario y continúa viajando con Genial por el espacio.

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